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Channel: DE TAPITAS POR SEVILLA Y OTRAS COSILLAS QUE HACER
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PIMIENTOS RELLENOS DE CARNE

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PIMIENTOS RELLENOS DE CARNACA

Como bien sabéis este veranito he plantado un pequeño huerto en el patio trasero de mi casa del pueblo. Nos dio la venata a mi mujer y a mí y compramos 5 jardineras grandes de 1 m. de largo por 50 cm. de ancho, las llenamos de tierra, las estercolamos en condiciones, compramos un sistema de riego y allá por marzo plantamos 8 matas de tomates, 6 matas de pimientos, 4 de calabacines, judías, zanahorias y cebollinos.


Tomatitos de mi huerto
De las judías, zanahorias y cebollinos prefiero no hacer comentarios. Rendimiento nefasto y punto en boca; pero a mis ocho tomateras les he cogido por lo menos quince kilos de hermosos tomates y de calabacines y pimientos ni te cuento morena, es más, a estas alturas de finales de agosto aún las tengo en pleno rendimiento.
Conclusión: me he llevado todo el verano haciendo pisto, gazpachos y tomate frito, y claro, como no hay cuerpo humano que pueda asimilar tal cantidad de verdura pues tengo el arcón lleno de tarrinas de pisto y algunas de tomate frito; vamos que me puedo pasar de aquí a Semana Santa del año que viene comiendo una vez cada siete días pisto con lo que sea que no se me agotan las existencias.

Que ilusión cuando me levantaba por la mañana y me iba a tomar mi cafetito al patio contemplando mi vergel y de pronto me daba cuenta de que la planta número tres de calabacines tenía uno nuevo saliendo como un capullito morado entre los pétalos verdes, o que los tomates de la séptima estaban tornándose rositas o que la más adelantada de las pimentaras estaba cuajada de nuevos botoncitos brillantes. Y me iba corriendo a contárselo a mi mujer: Cariño, nueve pimientos le he contado a la de la esquina. Y, ¿sabes? Las puñeteras hormigas han horadado el tomate grandote que ya estaba a punto de caramelo. Y ella, aún somnolienta, me miraba y sonreía. O eso me parecía a mí.


Los interfectos en su mata
El caso es que hoy tengo una docenita de pimientos carnosos y pequeñitos, de esos que son cojonudos para rellenar y me he dicho vamos a hacer una recetilla de pimientos rellenos pero, eso sí, sin tomate por ningún lado que de tomate ya está bien la cosa.

INGREDIENTES PARA EL RELLENO:

200 gr de carne picada de cerdo-ternera. 3 dientes de ajos. 1 huevo.  Perejil. 3 cucharadas de pan rallado. Leche. Sal y pimienta.



La cosa es bien sencilla, no hace falta ser Subijana para meterle manos al asunto: En un bol ponemos la carne y le añadimos el perejil y el ajo picados, salpimentamos y ponemos pimienta blanca al gusto. En un vaso aparte ponemos las tres cucharadas de pan rallado y le añadimos leche hasta que se haga una pasta fluida, cuando lo tengamos lo añadimos al bol, por último incorporamos el huevo, eso sí, es aconsejable romperlo antes.
Ahora toca amasar con cariño para que se mezclen bien todos los ingredientes, lo pasamos a un recipiente poco profundo y lo dejamos reposar un par de horitas en el frigo para que tome consistencia.
Todos los ingrediente preparados
La masa ya trabajado y lista

Este es el preciso momento de abrir esa botellita de albariño Don Olegario que compre en Cambados este veranoy pegarse un buen lingotazo fresquito.


los pimientos en las distintas fases del proceso: algunos como los parió la pimentera,
otros abiertos y limpios y el resto ya rellenos de carne
Mientras reposa el relleno cogemos los pimientos y con mimo los vamos limpiando de pedúnculo y de semillas, dejándolos listo para rellenar; cosa que en su momento haremos con la ayuda de una cucharilla de café y teniendo el mayor cuidado del mundo en no romperlos.
Finiquitado el proceso los enharinamos someramente y los freímos en una cazuela con un  buen aceite de oliva virgen extra. Reservamos.


Los pimientos ya fritos y prestos a zambullirse en el caldito
Vamos con la salsa: En el mismo aceite que hemos utilizado con los pimientos pochamos una hermosa cebolla a fuego muy suave, sin prisa, hasta que se vuelva cristalina y empiece a tomar un color dorado tenue. Agregamos una cucharada de harina y la tostamos ligeramente, un vaso de vino, dejamos que evapore el alcohol y un vaso de caldo de carne o en su defecto agüita del grifo (opcionalmente, para el que quiera, en este caso es aconsejable media pastillita de caldo)
Aquí están ellos tan contentos en la sauna

Aquí se plantean dos opciones: pasar todo por la túrmix antes de introducir los pimientos o no hacerlo, evidentemente en la primera la salsa quedará más fina, pero yo prefiero la segunda.

Metemos los pimientos, cubrimos ligeramente y añadimos unas hebras de azafrán;  cinco minutos a fuego medio y otros diez a fuego bajo, que se oiga el glu-glu de las burbujitas y se vean las erupciones como a cámara lenta. Si vemos que la salsa nos ha salido muy líquida sacar los pimientos y dejar espesar el tiempo necesario.

Huelga decir que a estas alturas de Don Olegario sólo queda el grato recuerdo del tiempo compartido, pero, eso sí, ese recuerdo lo llevo bien dentro.


Ya solo resta ponerse una buena servilleta a modo de babero para no mancharse la camisa, agenciarse una buena hogaza de pan y dar rienda suelta a la depravada gula.


Preparados para ser degustados. ¡Que pinta,madre mía!
Se tarda más en escribir la receta que en hacerla, leches.

Si has llegado hasta aquí que sepas que los comentarios son bien recibidos y me hacen feliz, así que al loro y príngate. ¡Comenta algo leches!

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