Quantcast
Channel: DE TAPITAS POR SEVILLA Y OTRAS COSILLAS QUE HACER
Viewing all 121 articles
Browse latest View live

10/10/2015. LA CASONA ALTA

$
0
0
ESCAPADA DEL PUENTE DE LA CONSTITUCIÓN.
DIA 1: BADAJOZ

Para darle la bienvenida a este otoño que se está haciendo esperar más de la cuenta y para celebrar que estamos estrenando coche nos hemos pegado un viajecito cortito por tierras extremeñas, concretamente por Olivenza y Badajoz y una escapadita de unas horas a la fronteriza y portuguesa Elvas, poseedora de un hermoso centro histórico y sobre todo de la mayor colección de fortificaciones-baluartes del mundo, que fueron declaradas Patrimonio de la humanidad por la Unesco el 30 junio de 2012.


Olivenza está a tiro de piedra de Sevilla, algo más de 200 km y apenas dos horitas y cuarto y es el sitio idóneo para, desde allí, visitar Badajoz (28 km) o Elvas (26 km). He estados en muchas ocasiones en Cáceres, Trujillo, el valle del Jerte, Guadalupe, Plasencia, Mérida y otros muchos lugares de la comunidad y sin embargo nunca había visitado estos lugares, lo más, una escapada mañanera con los amigos para ir a ponernos pujo de marisco en el famoso Cristo de Elvas.
La preciosa y coqueta Plaza Alta


Tal como llegamos sobre las once del sábado dejamos las maletas en el hotel Herederos de Olivenza y sin solución de continuidad enfilamos la carretera de Badajoz y nos plantamos en todo el centro de la villa. Mi amigo Rafael Moreno, pacense de nacimiento y sevillano de corazón, nos había comentado en repetidas ocasiones lo bonita, cuidada y limpia que estaba la ciudad, lo ornada de flores y lo agradable de darse un paseo callejeando entre la Catedral y la Plaza Alta, patear el Alcazaba árabe y desde sus murallas contemplar el lento y majestuoso discurrir del Guadiana, subir a la torre albarrana de Espantaperros, tomarse una cervecita en cualquier terraza viendo la Giraldilla o cruzar el Puente Viejo entrando desde la Puerta de Palma. Bueno pues casi todo esto lo hicimos Eva y yo (excepto el paseo por el puente viejo) en cinco o seis horas de patearnos calles, plazas y lo que se nos pusiese por delante; eso sí con el pertinente descanso para reponer fuerzas en uno de los mejores sitios de la villa.

La catedral de San Juan Bautista

 
Puerta de Palma

 
El giraldillo

 
La torre Espantaperros

Llevábamos un par de sitios recomendados por los internautas donde comer con garantías y cuando llegamos a uno de ellos sito en la plaza San José, junto a la entrada de la Alcazaba, nos lo encontramos cerrado. Como el que no quiere la cosa, mientras mi mujer le zumbaba al obturador de la cámara como si le fuera la vida en ello, pegué la hebra con un policía y, confidencialmente, en voz bajita, me contó que el mejor sitio para comer es la Taberna Restaurante La Casona Alta, justo al lado, a apenas cien metros, en la Plaza Alta y como segundo opción, tambien mu recomendable,  la taberna San José.

La taberna San José esta abarrotada de invitados a una boda (en toda la mañana hemos visto no menos de cinco bodas) que están haciendo tiempo para el ágape, aun así nos entremetemos como podemos y llegamos a la barra donde nos tomamos dos cervecitas y de aperitivo nos ponen un plato de pizarra con costilla adobadas, patatas fritas y dos croquetas…….por 2,20 €, ¡a 1,10 € la cerveza colega!. El camarero que nos atiende se ríe (y se extraña) cuando le digo que en Sevilla por 1,10 € te ponen la cerceva monda lironda y date con un canto en los dientes.

Cuando hicimos la foto ya nos habíamos comido algunas costillas como bien se aprecia

Nos vamos a La Casona, nos acomodamos en una mesa alta frente de la barra y pedimos unas cervezas 1,80 € que nos ponen con unos tomates aliñados y unos trozos de carne rebozada y frita. Pedimos una tapa de bacalao con salmorejo 2,70 € y otra de pincho de sepia 2,80 €.

En esta nos pasó igual y cuando hicimos la foto ya nos habíamos zampado media tapa
Un único comentario: ambas impresionantes. Con la cantidad de bacalao que nos pusieron montan en Sevilla dos panes de la casa a 10 euros cada uno, y la sepia tierna y buenisima.

La tapa de sepia.

Pedimos otras cervecitas y veo que a los comensales de la mesa aledaña le han puesto de aperitivo pollo al curri y, antojadizo y yo que por un pollo muero,  ni corto ni perezoso le digo al chaval que nos atiende que si nos puede poner un poco para probarlo y al cabo de un momento se presenta con un bol colmado del que, por supuesto, dimos buena cuenta.

Un fantastico y generoso aperitivo

Eva no dejaba de observar que en una mesita justo al lado de una de las esquinas de la barra  un empleado faenaba con verdadera maestría cortando jamón y preparaba unos platos consistentes en media baguette (o un pan de parecidas características) totalmente recubiertos de jamón y toito el mundo parecia que pedia uno de esos panes y claro, no nos pudimos resistir y pedimos una tapa de jamón 2,50 €. Apoteósico, con la cantidad de jamón que nos pusieron pueden desayunar tostaita con jamón y aceite media docena de personas y encima el jamoncito  de calidad superior. Por 17 euros del ala comimos requetebien.

La tapa de jamón, la pedazo de tapa, observese que el pan ni se ve.
 

Por la noche, de vuelta al hotel (donde nos volvimos a encontrar la celebraciónde otra boda) y después del preceptivo solaz y descanso decidimos no salir y nos quedamos en uno de sus restaurantes, llamado Cafetería del Ibérico, que, como su nombre bien indica está especializado en productos  derivados del cerdo ibérico y que expende productos de la denominación Señorío de Olivenza. Huelga decir que estuvimos un par de horas en buena armonía, charlando y cambiando impresiones con los camareros que nos atendieron, que probamos un crianza de la Ribera del Guadiana llamado Orgullo de Barros elaborada con uva tempranillo que no estaba nada mal y que, para cerrar el círculo, nos pedimos una ración de jamón que, sinceramente, nos costó trabajo acabar. Nunca en mi vida he visto una ración de jamón con tres capas de producto. En dos palabras im-presionante.

Observese las suculentas vetas, fíjese bien y salive a gusto


Y a dormir que mañana nos queda Olivenza y Elvas, pero esa será otra historia.


CATA DE VINO: Orgullo de Barros

Por D. Andrés Santamaría Santigosa.




Se trata de un vino de la Denominación de Origen Ribera del Guadiana. Un crianza monovarietal elaborado con tempranillo 100%, y con 12 meses en barrica de roble americano. En cuanto a su cata presenta un color rojo cereza de capa media, con aromas de mediana-baja intensidad y de frutos rojos y algún toque terroso. A mi juicio, en boca no llega a lo que inicialmente sugiere; resulta poco expresivo, fácil de beber (quizá demasiado), el paso por boca no deja de ser agradable aunque no “dice” mucho. Conviene airearlo un poco antes de su consumo. En síntesis, no es de mis preferidos; en Extremadura, en los últimos años, se están haciendo cada vez más vinos de una gran calidad ¿es éste el caso?

11/10/2015. A COLUNA

$
0
0

ESCAPADA DEL PUENTE DE LA CONSTITUCIÓN.
DIA 2: OLIVENZA-ELVAS

A las ocho zafarrancho de combate, léase desayuno en el hotel, y a las nueve ya estamos pateando Olivenza. El tiempo está muy nublado y se alternan los claros con periodos de ligera llovizna; pecata minuta para tipos aguerridos como nosotros. Olivenza es española desde la brevísima guerra de las naranjas (apenas 18 días) en 1801 y aún hoy se respira un cierto aire fronterizo, ese aire, ahora de hermanamiento y antaño de belicosidad, que impregna toda la raya fronteriza.

El impresionante Forte de Graca, junto a Elvas
Coqueta, bien cuidada, mimada (quizás se nota que es la cuna del actual presidente de la comunidad extremeña) y con algunos monumentos entre los que resaltar el Alcázar del siglo XIV con una espectacular torre del homenaje de 36 metros de altura y 18 de lado y se sube hasta arriba por 17 rampas abovedadas. En el Alcázar se ubica el Museo Etnográfico que acoge una espectacular recreación de diferentes actividades de la vida en la comarca de Olivenza en los primeros años del siglo XX. Otro punto de interés es la iglesia de Santa María Magdalena.

Iglesia de Santa Maria
 
Vista del pueblo desde la torre del Homenaje

Paseando por sus calles

Pasamos casi toda la mañana entre el museo y paseando por el pueblo, viendo esas preciosas calles empedradas con pequeños guijarros multicolores haciendo mosaicos, por desgracia un arte que se está perdiendo y que en mi pueblo (que también las había) un alcalde cazurro se empeñó en cambiarla por baldosas adocenadas y horrorosas en post de una casposa y malentendida modernidad.

 
Preciosidad de suelo

Sala del museo etnografico dedicada al oficio de zapatero
 
Escuela en los años 30

A las doce enfilamos hacía Elvas, apenas 26 km, y en un plis plas estamos pateando la plaza y visitando la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, paseando por las almenas del castillo, viendo la peculiarísima iglesia de la Consolación de planta octogonal, con paredes revestidas de azulejos andaluces con filigranas de estilo árabe, columnas de mármol rosa de la región del Alentejo profusamente policromadas, con cúpula revestida con el mismo tipo de azulejos que las paredes, y,  por todo ello, con un aspecto misterioso y místico. 

Eva reposando con el castillo al fondo

Azulejos por un tubo
 
El impresionate acueducto de Amoreira

Nos pegamos una buena caminata para ver el famoso acueducto de Amoreira y a las dos el hambre nos estaba susurrando amargas palabras al oído. Nos planteamos acercarnos al famoso Cristo y pegarnos una mariscada, pero teniendo en cuenta que era puente supusimos que aquello iba a estar apetao y nos decidimos por un restaurante que habíamos visto en nuestro deambular y que nos pareció que tenía buena pinta: A Coluna en la Rua do Cabrito nº 11

Pedimos un vino llamado Pontval, 11 €, la verdad es que no conocíamos ninguno de la carta y elegimos este por la uva syrah que nos suele gustar y estuvo bastante bien, no para tirar cohetes pero sí bien. A pesar de que el camarero no los ofreció no quisimos aperitivos, ni queso ni el famoso paté de sardinas para guardar fuerzas para lo que se avecinaba y a fe que acertamos plenamente, eso de ser viajado por lares portugueses te hace precavido y sabio, bueno lo de sabio es un decir.
De primero pedimos el plato que aconsejaban del día una bandeja de almejas de carril en salsa con cilantro 12 €. Las almejas estaban un poco pasadas lo que hace que pierdan casi toda la gracia, la salsa no, la salsa estaba para mojar pan, que fue lo que literalmente hicimos.

De segundo no podía faltar el Bacalao Dourado 7,50 €. Eva adora este plato y yo no le voy a la zaga. El platazo que nos pusieron fue de órdago, en su justo punto de cremosidad, espectacular de sabor y de cantidad. Con ese plato Eva y yo comemos y bien un día normal.

Para rematar la faena pedimos chocos a la plancha 9 €. De nuevo una exageración, cuatro chocos y una guarnición que haría que a un vegetariano los ojos le hicieran chiribitas. Nos comimos los chocos y no probamos, muy a nuestro pesar, ni un ápice de la verdura. Pena, penita pena; si estoy en Sevilla le pido al camarero que me la prepare para la cena de la noche, pero no era plan.

Ni postre ni leches, ahítos quedamos. Nos pegamos un buen paseo para rebajar calorías y de vuelta al hotel en Olivenza. Ducha y un ligero descanso viendo caer la lluvia tras los cristales.

 
Callejeando para rebajar la comida
Por la tarde noche paseíto por la avenida principal de Olivenza, un par de cervecitas mientras todo el mundo se atiborraba a cubatas y a las nueve en la Cafetería del ibérico como un  reloj para despedir el viaje como se merecía la ocasión, unos vinitos Orgullo de Barros, que según el artista enólogo, mi amigo Andrés, es regularcillo (pero a mí se supo a gloria) y media ración de jamón (no nos atrevimos a pedir una entera ya que el bacalao aún señoreaba en nuestros estómagos) y un tapita de buen lomo ibérico con sus finas vetas de grasa.
Esplendido remate.

Puerta del ayuntamiento de Olivenza
El lunes a las siete desayunando que es gerundio y tenemos cosas que hacer en el pueblo. 

Lo único que nos ha faltado, debido a que está en obras de rehabilitación, es que nos hemos quedamos con las ganas de ver una de las joyas de la corona de Elvas: la Fortaleza de Graça, construida entre 1763 y 1792 y erigida para defender las fronteras del país ante la eterna amenaza de invasión de nuestros belicosos antepasados. Una estructura sólida y estéticamente muy bella que representa un ejemplo tardío de la arquitectura militar renacentista, ya un poco obsoleta en la época en la que se construyó debido a la aparición de armas más poderosas y modernas.De aspecto imponente e inexpugnable, la fortaleza dispone de tres capas defensivas, cada una de ellas separada por un intrincado sistema de muros y fosos. La muralla exterior tiene la forma de una gran estrella. 

Lo dejamos en el debe de la siguiente escapada.

Por cierto hoy no tenemos cata ya que el artista encargado de tal faena no conocía el vino, que se le va a hacer, es que lo sacamos de los vinos patrios y ni jota oye, ni jota ¿Así quieres tu convertirte en un Parker cualquiera?

25/10/2015. LUMBRERAS TAPAS

$
0
0

Aunque no soy un ferviente defensor de la cacareada y polémica restructuración urbanística de La Alameda de Hércules (más bien, y siendo suave, diría que milito en el bando opuesto) no puedo dejar de reconocer que se ha convertido en un peculiar espacio escénico de esta mariana y a la vez iconoclástica ciudad. 

Imagen de la antigua Alameda
Un espacio con demasiadas baldosas en el suelo y poco árbol donde cobijarse del tórrido solazo que durante nueve  meses al año nos sacude de lo lindo por estos lares; pero, a fin de cuentas, un espacio con un evidente apego ciudadano, un ramalazo cultural y alternativo, lugar de destino y reunión de una fauna urbana con una idiosincrasia un tanto peculiar, siempre abarrotado de niños pequeños jugando bajo la atenta mirada de expectantes y jóvenes  madres, del corretear jadeante y escandaloso de perros de toda raza, de una pléyade de peatones paseantes o lánguidamente descansando mientras se toman una cervecita o el café de turno en una de las múltiples terrazas al tiempo que charlan con los colegas de turno mientras sienten en la piel los últimos rayos de este sol otoñal.


¡Quién te ha visto y quién te ve, morena! Que poderío pasar de tus casposas putas de hace cuatro días, anatema consentido cuando las luces declinaban, a albergar una espléndida y refinada oferta culinaria que, poco a poco, se ha adueñado de gran parte de tus soportales.



Pues sí, La Alameda y sus aledaños se han convertido en una de las zonas más dinámica de tapeo de esta nuestra vieja y siempre lozana Serva la Bari. Multitud de terrazas, bares, restaurantes, cervecerías, colmaos y todo tipo de negocios donde lapriva sea su esencia pululan por plazas, calles y callejones y, como no podía ser de otra manera, el que escribe estas líneas ha sido agraciado con su hospitalidad en muchos de ellos y en no pocas ocasiones. Así, a vuela pluma, me vienen a la memoria un buen número de ellos y algunas de las memorables delicatesen que en ellos he degustado:


La innovadora, para la época, carbón de bacalao sobre alioli del Antojo

La comida fusión japo-venezolana del Nikkei Bar


Esos premiados huevo sobre bizcocho, boletos y vino dulce del Eslava




Bueno, y si ya te quieres estirar un poco más te das un garbeo por los fantásticos restaurante D´Mercao o Con Tenedor

Todo esto en un radio de ochocientos metros mal contados; muchas, muchas y buenas tapas degustadas, paladeadas con deleite, engullidas y disfrutadas. Muchos ratos de charla delante de un buen copazo de vino con las papilas gustativas delirando de placer. En fin que os voy a contar que ustedes ya no sepáis.

Pues hoy, domingo 25, y por expresa recomendación de un compañero de trabajo,  amante del arte con mayúscula y del buen yantar, también con mayuscula, por nombre D. Enrique Bendala Azcárate, he visitado Lumbreras Tapas, sito en calle Santa Clara nº 65  teléfono 637 10 46 89.

El sitio es pequeñito, apenas cuatro o cinco mesas bajas y otros tantos taburetes, pero muy coqueto y apañao. Luminoso y pulcro, presto para pasar orden de revista en cualquier momento y con una aceptable carta donde se combinan bien los entrantes, las carnes, los pescados y las sugerencias y algo que me resultó muy útil, esa misma carta la podemos ver de una forma exhaustiva en su página web por lo que cuando yo llegué ya tenía una idea bastante clara de que me iba a encontrar y que pedir.

Tampoco anda mal de vinos.
Para beber pedimos dos cervezas 1,30 € servidas en vasos anchos y grandes y posteriormente pedimos una botella de vino Picos de Cabariezo 18 € de uva mencía, un cosecha criado en robre de Tierra de Liébana.

Comenzamos con::

Papas arrugás con mojo rojo 2,80 € y Tosta de sardinas marinadas con tomate Concasse 2,10 € la unidad.

Ambas muy, pero que muy bien presentadas. Las papas se parecen a las Papas a la brava de La Bodeguita, que para mí son las mejores de la capital, estas no las desmerecen en absoluto y desde luego le pegan veinte vueltas en cuanto a presentación.


La sardina marinada es diferente de todas las que he tomado hasta ahora, con un brillante y marrón laqueado que la recubre y un sabor ligeramente oriental. Cojonuda. Un único pero, no sé el trabajo que tiene confeccionarlas, pero 2,10 € la unidad me parece carillo. Obviamente tuvimos que pedir una para cada uno.


Seguimos con Croquetas de gambas al ajillo con alioli de oloroso 3,50 €. De nuevo muy bien presentadas y sin un pero que ponerles.


Alcachofas naturales de Tudela en tempura con foie, tofee y crema de piquillos 4,50 €. Plato que podría haber sido redondo (la combinación de sabores muy lograda y sin que se matara el sabor de la alcachofa) si la alcachofa no hubiese estado demasiado sosa. Siento no tener foto de esta tapa pero cuando hemos buscado en la galería del movil no aparece por ningún lado. Misterio.

Cuando pedimos el siguiente plato a mi mujer se le acabó la batería del móvil y tuvimos que hacer las últimas fotos con el mío, que data de la época de la toma de Granada y hace unas fotos acorde con su arqueológica edad.

Arroz cremoso de mariscos 5,50 €. Con su  cigalita coronándolo, sus langostinos buceando entre los granos de arroz y un sabor poderoso y penetrante. Super-recomendable.

Nótese la pésima calidad de la foto. ¡Un desastre de móvil!

Para acabar la faena pedimos merluza de pincho sobre verduritas salteadas y aceite de vainilla, pero se les había acabado y al final nos decantamos por un fijo en nuestros gustos junto con los arroces: bacalao islandés gratinado con alioli de huevas y frita sevillana 5,50 €, que aunque no pudimos dejar de comparar con nuestro adorado Bacalao al ajo arriero confitado de Casa Paco, en justicia he de decir que este está tan buen como aquel y eso ya es mucho decir.


Entre plato y plato se acercó a la mesa a saludarnos y preocuparse por cómo iba todo Juan (creo que me dijo que se llamaba así, en caso contrario que me disculpe), el encargado que me hizo la reserva y que en esos momentos atendía detrás de la barra y que se veía que era el que manejaba el cotarro del lugar, supongo que será el responsable y dueño del establecimiento, si es así mis felicitaciones para él.

En contra de las buenas costumbres a Eva se le antojó acabar el ágape  con una tarta de queso con crema de toffee y nueces 4,50 €, pantagruélica y exquisita (la tarta de queso es la única comida que me meto gustoso y consciente en la boca llevando la palabra queso).


Al final fueron por las dos cervezas, la botella de vino y los seis platos 48 € (el postre fue invitación de la casa) lo que me parece una buena relación calidad-precio.

Conclusión: un buen sitio, con un buen servicio donde  pasar un rato agradable y, como diría mi amigo Rafael Moreno, comer cosas ricas.

Volveremos por Semana Santa, cuando, como siempre,  andemos rondando por San Lorenzo


CATA DE VINO: Picos de Cabariezo

Por D. Andrés Santamaría Santigosa.



De nuevo, el que escribe ha de comenzar diciendo que no ha tenido la ocasión de probar este vino “Picos de Carabiezo. Roble”. No obstante, sí que conozco, y en la actualidad es una de mis preferidas, la uva a partir de la cual se elabora, la mencía, aunque su presencia en este vino no es del 100%, puesto que lleva una pequeña cantidad de syrah, este hecho, seguramente cambie en algo el resultado final; puesto que se trata de una variedad, la syrah,que requiere mucho sol y temperaturas altas, mientras que el cultivo de la mencía tiene lugar predominantemente en zonas de montaña, bancales y terrazas, y en suelos minerales de pizarra (como es el caso del valle del Liébana). Algo, esto último, que aporta “mineralidad” al vino. Tal vez este pequeño “coupage” reste fuerza al resultado final. Creo que la mencía puede perder su atractivo, su frescura y los tonos florales que la hacen especial, cuando está mezclada con otras uvas. Esta uva, a mi parecer, suele dar vinos aromáticos y afrutados, de intenso color granate-violáceo, y en boca resultan minerales, sabrosos y algo grasos. Últimamente empiezan a mostrar mayores posibilidades de crianza. El vino que nos ocupa presenta doce meses en barrica de roble francés y más de cinco meses en botella. Una crianza algo prolongada para lo que suele ser habitual en la mencía.


POLLO AL CURRY

$
0
0

Yo por una pechuga de pollo no corro, de hecho es la parte del tan cacareado y noble animal que menos me gusta, la que me parece más insípida; a mí me gusta la carne pegada al hueso, los muslos, contramuslos, alitas y sobre todo la carne del pescuezo (sí, sí, la del pescuezo, que aunque escasa es riquísima). A pesar de mis gustos no puedo por menos que reconocer que la pechuga es la reina de las carnes polleriles y tiene su cierta lógica al ser la más profusa del animal, con la que mejor y más cómodo se puede trabajar y si a esto añadimos que su contenido en grasa es cortito pues acaba y vámonos, vamos que es la reina de las dietas.


Viene esto a cuento porque mi hija es una auténtica forofa de la pechuga, por si ella fuera comería día sí y otro casi casi también filetito de pollo a la plancha con su aliñito de perejil y ajo muy picadito ó con un suave toque de sal y pimiento negra recién molida ó embadurnado en salsa barbacoa ó aliñado como si fuese un pincho moruno ó………..; que le da igual cómo se lo pongan que ella más feliz que un guarro en un charco de barro.


El sobre de curry que he uilizado

Pero sin hay una preparación que literalmente hace que los ojos se le pongan como chiribitas y que, nada más entrar por la puerta de casa después de su jornada matutina de trabajo en la universidad con más hambre que los actuales osos polares a causa del deshielo ártico, se le dilaten las papilas olfativas y salga flechada y levitando para la cocina en pos de ese inconfundible aroma como Carpanta detrás de sus imaginarios pollos al horno mientras susurra en pleno éxtasis “uhhhhh, pollo al curry, uhhhhhhh”
 

Y, por supuesto, yo encantado con darle el gusto a mi niña, faltaría más.

La receta es extremadamente sencilla y (emulando al guasón de Iturriaga cuando analiza la dificultad de un plato en su famoso  blog culinario El Comidista)  su ejecución es apta para personas con la habilidad necesaria para abrir una lata de cerveza, es decir yo mismo.

La pechuga troceada y salpimentada
 Ingredientes:

2 pechugas de pollo, 1 cebolla, curry, agua de coco, sal, pimienta y aceite de oliva

Comprado en  Mercadona

Lo primero primerito antes de ponerse a hacer nada y pringarse las manos (metafóricamente hablando) es prepararte un copazo de un buen vino para acompañar como merece la labor a emprender, darle un largo sorbo y trasegarlo parsimoniosamente mientras se te ponen los vellos de punta y la papilas de la lengua se corren de gusto y entonces sí, entonces manos a la obra.

Cortamos las pechugas en trozos más o menos del mismo formato al gusto del consumidor, yo los hago grandecitos, como del tamaño de una castaña pilonga. Salpimentamos y amorosamente los depositaremos en una cazuela que tendremos ya puesta al fuego y preparada con su aceitito ya casi caliente. Sofreímos someramente, lo justo para que se doren por todos lados (esto está listo en tres o cuatro minutos) y los sacamos del líquido elemento y reservamos en un bol (lease plato hondo).


En ese mismo aceite ponemos la cebolla muy muy picadita a fuego lento y le damos todo el tiempo del mundo para que se poche con toda tranquilidad (este es el momento oportuno de volver y hacerle otra visita a esa copa que desde hace un rato nos mira con ojos de abandono desde un rincón alejado de la encimera).

Picando la cebolla
Ahora que la cebolla está perfectamente pochada, prácticamente transparente y casi desecha, volvemos a incorporar los trozos de pechuga y todo el jugo que hayan soltado, le añadimos dos o tres cucharadas soperas de curry y removemos todo bien para que se amalgamen los sabores. Acto seguido y sin solución de continuidad mojamos todo con el agua de coco y dejamos que durante quince minutos la mezcla burbujee a gustito, hasta que tengamos el grosor cremoso deseado en la salsa, que nunca debe quedar acuosa.



Retiramos del fuego y listo mariposa, esto está finiquitado.

 

Aunque suene a topicazo culinario servir acompañado de un buen arroz cocido de grano largo y la presentación al gusto del artista, incluida con hojita de perejil como un Arguiñano cualquiera.

Bon appetit

NISCALOS EN ESCABECHE CON SARDINITAS

$
0
0
Llevo una semanita de aúpa con Pitágoras and company, con lo chorra  y agradecido que es el dichoso teorema y lo atragantao que se quedan algunos con él, amargaito me tienen más de uno, ni que estuviésemos viendo el teorema de Fermat que ese sí que hace que se te churrusquen los pelos. ¡Qué barbaridad!

Así que el jueves, en cuando acabé las clases a mediodía, me cambié en el despacho, me puse ropa de campo y enfilé raudo como las balas a la sierra, que a mí el campo me tira como a las cabras el monte, o más todavía si eso es posible. Bocata de chorizo que me preparé por la mañana, mi botellita de agua y la cesta pa la setas y con esas tres cosillas yo más a gusto que un guarro en un charco.


Salgo de Sevilla sobre la una y media y en cuarenta minutos estoy en medio de un pinar buscando níscalos. Cosa extraña, cuando llego no veo ni un coche aparcado por los alrededores, claro que la hora tampoco es como para ponerse a andar cerro arriba cerro abajo, a estas horas eso lo hacemos tres o cuatro majaras como yo y ya somos mucho. En ese sitio he estado la tira de veces y siempre he llenado la cesta en un ratito, pero de unos años para acá la cosa se ha puesto chunga chunga, chunguisima,  vamos que  encontrar un puñetero níscalo es más difícil que localizar a Waly en Central Park en hora punta.

Estos no son de este día

A las dos horas de dejarme la vista entre las pinazas he claudicado, me he rendido míseramente. Veintitantos níscalos de mala muerte, poco más de medio kilo, a níscalo cada cinco minutos más o menos y varias hectáreas de pinares trilladas. Si hago la suma de la gasolina, el caldeo andando que me he pegado y el mosqueo por lo parco del resultado las cuentas no me sale ni haciendo trampa, pero……………

¿Y que hago yo con medio kilo de níscalos? Me preguntaba yo atribulado mientras enfilaba la autovía de vuelta a casa y de pronto ¡zas,  se me ilumino la mente! Voy a prepararlos en un escabeche y luego los voy a servir acompañados con unas sardinas en aceite de oliva, nada del otro mundo, claro que estas cosas se me ocurren a mí a cada momento; vamos que voy por la calle paseando con mi señora o estoy tomándome una copa con los amigos y mi mente es un hervidero contante de bocetos que ni a Ferrán Adrià en su famoso Bulli.

La verdad sea dicha, y esto que no salga de aquí, es que la receta del escabeche la vi por casualité hace unos días en un blog al que sigo habitualmente www.cocinaconpaco.comy me pareció interesantísima y el añadido de las sardinas me lo sugirió mi santa recordando una receta antigua que yo solía hacer.

Va por ustedes señores:

Primera parte: la receta NISCALOS EN ESCABECHE.


Ingredientes:

Níscalos, unas hojitas de laurel, unos granos de pimienta negra, varios dientes de ajos, pimentón, una zanahoria, vinagre, aceite de oliva y sal.

Preparación:

Una vez bien limpios los níscalos y cortados en trozos medianos los cocemos en abundante agua con sal y dos hojitas de laurel durante veinticinco minutos desde que el agua empieza a hervir. Cuando lleven hirviendo 15 minutos incorporamos la zanahoria en rodajas. Pasado el tiempo los quitamos del fuego,  los escurrimos bien y los reservamos.

En una cazuela ponemos un fondo de aceite y los ajos que nos parezca (yo puse siete) partidos por la mitad y los doramos con calma y mucho cuidado de que no se quemen, cuando estén en su punto los sacamos y reservamos; apartamos la cazuela del fuego, dejamos que se enfríe un poco el aceite  y ponemos el pimentón (como una cucharadita de café, puse mitad dulce y mitad picante, pero eso al gusto) removemos bien.

Al fuego otra vez  con la cazuela y le ponemos los níscalos y las rodajas de zanahoria que teníamos reservado, removemos durante un minutito para que todo se mezcle bien, le agregamos los granos de pimienta, dos hojitas de laurel y un generoso chorreón de vinagre (de nuevo depende del gusto de cada uno y de la fuerza del vinagre que se tenga, yo le puse como medio vaso de uno comercial flojito), cubrimos de agua y rectificamos de sal. 

Dejamos cocer sobre quince minutos, hasta que la salsa tome una consistencia cremosa.

Y listo pelota, a dejarlo enfriar.

Preparadospara enfriarse




Segunda parte: EL PLATO.

Es hora de buscar un bonito plato y amorosamente en el centro poner un fondo del escabeche con un poquito de esa untuosa salsa que hemos logrado. Abrimos una latita de sardinas en aceite de oliva (la marca la elije usted) la escurrimos bien  y colocamos con cuidado de no romperlas las sardinitas sobre los níscalos, rematamos con un chorreón de un buen aceite de oliva virgen, nos servimos un copazo de vino, nos ponemos una servilleta a modo de babero y ahí nos las den todas.



No, si yo lo sabía, ya estoy pensando que mañana soy capaz de volver a la busca y captura de lactarius

SARDINAS VAN, SON DE SANTURCE.....

$
0
0

Me gustan las sardinas, no puedo ni quiero evitarlo, me gustan las humildes sardinas, me gustan muy mucho, a rabiar. Me gustan en espetos, asadas, fritas, en papilote, encurtidas, aliñadas, en salazón, en escabeche, marinadas, enlatadas…..de todas las formas imaginables. Y encima me traen añoranzas de tiempos pretéritos, hermosísimos recuerdos de cuando era un pipiolo imberbe y aún de antes, de cuando callejeaba por el pueblo con las rodillas al aire llenas de matauras y unos viejos pantalones cortos remendados.

sardina pilchardus
De aquellos finales de los años sesenta me vienen a la memoria los salados sabores de las sardinas arenques. ¡Que buenas las sardinas arenques! Cuantas veces me mandaba mi madre a la única tienda de comestibles que había en el pueblo, a casa de Fernandito, a comprar cinco o seis sardinas de esas que venían primorosamente puestas en una preciosa barrica quien sabe de dónde procedente. Y luego, ya en casa, el rito de estrujarlas someramente, con mucho cuidado de que no pasarse y que se le saliesen las tripas, envueltas en papel de estraza, en el quicio de la puerta para poder despellejarlas con más facilidad.


Después, años más tarde, cuando una pequeña bonanza empezaba a aflorar y empezaron a llegar algunos productos frescos al pueblo (de higos a brevas, pero llegaban) recuerdo a mi padre asándolas en el corral (“José, eso lo asas fuera en el corral, que si no me ahúmas toa la casa” repetía como un mantra mi madre cada vez que se terciaba la ocasión) sobre un anafre de carbón al que abanicaba suavemente con un tieso soplillo de tela para encenderlo. Y después, ya en la mesa, la ceremonia de cogerlas del plato y ceremoniosamente descamarlas impregnándonos los dedos con el sutil hollín de las chamuscadas escamas y, ya impolutas, depositarlas sobre la blanca hogaza de pan y empezar el esperado ágape degustándolas. Y, si por casualidad sobraban algunas, mi madre las limpiaba amorosamente  y las ponía a macerar en un cuenco de barro sumidas en un aguachirri con aceite, sal y un poquito de vinagre acompañadas de una pipirrana de tomate, cebolla y cebolla. Esa era la cena  por la que mi padre se pirraba.

¡Que cosa más rica!
¡Y las migas con sardinas!...............
Añoranzas de un tiempo que no volverá.
Todo esto viene a cuento y me ha venido así a vuelapluma pensando en que las sardinas se han puesto de moda dentro de la oferta culinaria de los bares en Sevilla y una de sus preparaciones se ha impuesto categóricamente: Las sardinas marinadas, de mil formas distintas, con multitud de matices, pero marinadas.
Yo creo que las primeras que probé fueron las de Gonzalo en El Tradevo, si, esas cuya foto son la cabecera del blog, y ahí me enamore hasta el tuétano y me convertí en un fan incondicional, en el creador y a la vez ferviente seguidor de una extraña y peculiar secta culinaria: los adoradores-degustadores de las sardinas maceradas.
Luego las he probado de todos los tipos y de todas las formas, con diferentes texturas, sobre diferentes bases y con dispares acompañamientos; unas me han gustado más y otras menos, pero de todas guardo un emocionado recuerdo. Con el tiempo me he dado cuenta de que cuando visito un nuevo establecimiento y desgrano su carta para pedir la comanda, olisqueando como un perro en busca de las ocultas trufas, siempre siento el pellizco de descubrir en ella una nueva joya sardinil ignota y cuando esto ocurre lo celebro y lo disfruto.
Este es un leve paseo por mi Olimpo particular, mi peculiar guía Michelin sin estrellas de las sardinas marinadas en Sevilla.

Sardinas marinadas sobre tosta con pesto rojo, aguacate y tapenade de Al-Aljibe


Sardinas maceradas sobre tostas de pan de sésamo  de Binomio

Tosta de sardinas marinadas con tomate Concasse de Lumbreras Tapas


Lomo de sardina con melaza de tomate de Micelas Gastronomía



Sardinas maceradas sobre tostá de pan de sésamo y compota de tomate de La Pepona

Sardinas confitadas sobre sofrito de tomate casero de Veloute



Lomo de sardina marinada sobre tosta de pimientos rojos de Tradevo



Y por último una de fuera de Sevilla Sardinas marinadas sobre pan arriero con mermelada de pimientos y berenjenas de Arrieros   en Linares de la Sierra




Y esto es todo por el momento, si conoceis algún que otro establecimiento donde pongan una buena sardina macerada como sea os pediría encarecidamente que me lo comenteis.

Si alguien está tan loco como yo y desea pertenecer al club de los adoradores-degustadores de las sardinas maceradas no tiene más que decirmelo e ipso facto lo apunto, le tocaría el nº 4.

Lista de socios:
1.- María Eva Trigo Sánchez
2.- Ricardo Roldán Alonso 
3.-Andrés Santamaría Santigosa
 

ARROZ CON SENDERUELAS Y PECHUGAS DE CODORNIZ

$
0
0

Ayer domingo tenía reservado en La quinta Brasería para almorzar, pero Eva salió griposa y decidimos que era mejor cuidarse y no salir, así que nos quedamos en casita toito el día, en pijamita, calentitos, a ratos  viendo la tele, a ratos leyendo o simplemente no haciendo nada que es una muy buena forma de matar el rato.


A mediodía una copa de vino con unas aceitunitas machacadas caseras que me regaló mi hermana la semana pasada cuando estuve en San Nicolás, eso mientras cocinaba un arrocito, a media tarde una copita de Mihura con una hojaldrina y de precena unas pipas del Mercadona con una cerveza Cruzcampo glacial. Un plan cojonudo.


El caso es que como no tenía previsto comer en casa tuve que improvisar sobre la marcha y aunque suelo tener bastante comida cocinada y congelada me apetecía ponerme el delantal, los cuchillos y meterme en faena como los buenos toreros. 

Desde el principio tenía claro que le iba a meter mano a un arroz y sopesé varias opciones en función de lo que tenía en el congelador: paella, risotto con boletus y langostinos o uno vegetal de brotes de espárragos, pimientos y setas. Dudaba entre unos y otros. 

De pronto me acuerdo de que el jueves compré en el Lild diez bandejas de pechugas de codorniz aliñadas a las finas hierbas de la marca Deluxe (estaban superrebajadas, 1,90 € la bandeja) y de que hace menos de un mes sequé unas senderuelas y me dije: venga, invéntate un arroz y que salga el sol por Antequera.
Y me puse a trajinar y esto es lo que salió.
Ingredientes para dos personas:
Dos puñados de arroz
Cuatro pechugas de codorniz.
Unas senderuelas (marasmius oreades) secas.
1 cebolla
2 pimientos
2 dientes de ajos
1 tomate maduro
Unos tirabeques
Una pizca de hierbas provenzal
Medio vaso de vino blanco.
Sal, aceite y agua


Las senderuelas en el campo
Las senderuelas secandose en mi casa
Como siempre empecé por el sofrito; primero la cebolla y los pimientos todos cortados muy finos, trabajándolos a fuego suave. Al ratico le incorporo el ajo y cuando estos tres ingredientes están casi en su punto le pongo los tirabeques troceados y las senderuelas y le pego unas vueltas, acto seguido y sin solución de continuidad le pongo el tomate muy bien cortadito y dejo que se haga todo.

El sofrito con la carne y el vino ya puesto
 Mientras, en una sartén hemos dorado bien las pechugas de las codornices (reservando dos medias pechugas para luego adornar el plato), las hemos sacado, troceados e incorporado al sofrito. La sartén la desgrasamos con medio vasito de vino blanco y ese líquido también va al sofrito.
Le ponemos el arroz, cubrimos de agua (proporción clásica de 2,5 por 1), le ponemos las hierbas provenzales y rectificamos de sal. Tres minutos a fuego fuerte y luego el resto a fuego medio. Cuando esté en su punto, sobre 12-14 minutos, retiramos del fuego y dejamos reposar.
Emplatamos  con la ayuda de un aro y sobre el arroz ponemos una de las pechugas que habíamos reservada doradita y fileteada.

El plato en la mesa
 Ni un grano sobró, ni uno.
Alternativas: Si no tienes tirabeques utiliza judías finas, cambia la codorniz por una buena carne de ave que te guste (pichón, pollo de campo, pato…), por las senderuelas utiliza la seta que tengas a mano o que encuentres en el mercado, permuta la provenzal por una mezcla de orégano, tomillo y romero. Al final no será el mismo arroz, pero seguro que estará cojonudo.

¡Que aproveche!

28/11/2015. VEGA 10

$
0
0

Me ha costado pero al final lo he conseguido. Llevo la tira de tiempo intentando visitar Vega 10, pero como cierran los domingos y ese es el día en el que doy riendas sueltas a mi gula y visito los bares para luego escribir estas paridas, pues que no había forma de que me quedara un sábado sabadete en Sevilla y ahora siendo tiempo de setas menos que nunca y no podía ser y, por supuesto, entre semana nada de nada. Los días laborables son para trabajar, jugar al pádel, cocinar, trabajar, leer, hacer la compra, trabajar, dormir, etc, etc;  pero no para irse de parranda y ponerse morado de tapitas; para eso están los sábados en el pueblo con los amigos y los domingos en la capi con la parienta y punto.


Bueno, que este fin de semana Eva y yo decidimos que nos quedábamos  por estos lares y aprovechando la ocasión, que por algo la pintan calva, reservamos y como el día estaba espectacular nos fuimos dando un largo paseo allende la otra orilla del río madre hasta que dimos con el templete gastronómico que andábamos buscando.


Vega 10 se encuentra  en la calle Rosario Vega nº 10 teléfono 955 23 77 48, allí donde ya Triana pega los últimos coletazos antes de encontrarse con los Remedios, llegando ya a la Plaza de Cuba y aledaño a la calle Betis.  Establecimiento  que antaño albergó la Taberna Macuro y que ahora ha cambiado por completo su filosofía apostando por una comida fusión con amplios guiños a la comida peruana.


El local es chiquito y bien aprovechado, con una amplia barra y paredes llenas de coloridos y grandes cuadros, mesas bajas y aunque quizás estén demasiado próximas unas a otras no se está incómodo. La carta está bien, no muy amplia pero sí ofrece un catálogo suficiente de opciones muy variadas; aceptable carta de vinos. En la cocina ejerce de jefe el chef argentino Alejandro Cautelier y de ayudante Jesús Cimas.

Con la caló que traíamos en el cuerpo del paseíto nos hemos tomado dos cervezas por barba a 1,20 € la caña que nos han sabido a gloría y ya comiendo hemos pedido una botella de Teta de la Sacristana 15 € un sabroso tinto alpujarreño. Con las cervezas nos han puesto unas aceitunas de acompañamiento.


Hemos pedido los cinco platos de golpe y hemos dejado al buen criterio del cocinero el orden y la cadencia del servicio, que ha sido como sigue:



Ensalada cítrica con pollo Panko 4,30 €.

Generosa, con bastante naranja y una buena combinación de distintas hojas de lechugas, rúcula, etc; bien aliñada y el pollo superfino, crujiente y delicioso


Carpaccio de solomillo de buey con rúcula, marinado en café y vinagreta de naranja 7,50 €

Nada que objetar del carpaccio, pero el fondo sobre el que descansaban las finas lonchas de solomillo era el mismo que la ensalada de cítricos del plato anterior incluido los trozos de naranja, la novedad era que este llevaba una generosa porción de lascas de parmesano de las que mi señora dio buena cuenta. Sinceramente creo que el camarero que nos tomó la comanda nos debía de haber advertido de la similitud, salvando las diferencias, de ambos platos y hubiésemos optado por otra opción de las muchas que nos atraían de la carta.

Ahora, a toro pasado, hubiese pedido el carpaccio y dejado la ensalada.

 
El carpaccio con las lascas de parmesano

Sin las lascas de parmesano, obviamente no hay color
 De tercero Tartar de salmón y mango con cilantro 4,60 €

Muy bueno, el mango aporta un novedoso contraste de sabores, y yo soy un loco del cilantro y del pescado crudo. Fácil me lo pusieron


El cuarto plato estaba fuera de carta Caballa con pilpil de avellana y tomates asados 4,60 €.

Sin dudarlo el mejor de todos, la caballa en un punto perfecto de cocción, sin un atisbo de raspa y el acompañamiento delicioso. Para repetir una y dos veces.


Por último nos pusieron Macarrón Toro 3,90 €

El Macarrón toro es su tapa estrella, premiada y reconocida. Sin dejar de estar buena, lo estaba de verdad, me desilusionó un poco; me gusta la pasta más fina y con un tratamiento algo más barroco que una simple cocción, tipo el canelón crujiente de cola de toro del Catalina, aunque para los puristas de la pasta  mis gustos culinarios sean de lo más heterodoxo, que se le va a hacer. De nuevo lo pusieron con lascas de parmesano.



En total la cuenta ha sido 46,70 €  y ahora, repasándola mientras escribo estas líneas, me percato de que me han colado 2 euros por servicio de mesa y me molesta mucho que esta costumbre se haya extendido como una mala plaga ¿Con qué quieren que coma , con los dedos? ¿Acaso el pan no es parte integral de la tapa? Si me hubiese percatado en el momento me hubiese negado a pagarlo y que hubiese salido el sol por Antequera.

A partir de ahora campaña anticobro por servicio de mesa.

La sensación con la que he salido es que todo estaba bastante bien, pero nada me ha producido un enamoramiento repentino ni, dos días después, siento especial añoranza por alguno de los bocados que probé.


CATA DE VINO: Teta de la Sacristna

Por D. Andrés Santamaría Santigosa.

Esperando la crítica


ALUBIAS CON NAVAJAS

$
0
0

Me gusta oír al Carlitos Herrera en su franja horaria de diez a once de la mañana en ese trocito de su programa que él llama la opinión de los “fósforos”. El tío es un cachondo,  tiene una retranca de madre y señor mío y sobre todo le sabe sacar partido a lo que se ponga por delante; como vea la mínima oportunidad se tira al cuello y con esa sorna que le caracteriza le saca al oyente hasta el carnet de identidad y si encima el tema toca, aunque sea de soslayo, lo escatológico entonces es que apaga y vámonos, el menda disfruta como un guarro en un charco mientras atosiga al oyente con preguntas cada vez más incisivas que, en  la mayoría de los caso, acaban como el rosario de la aurora entre carcajadas generalizadas. En otras cosas se puede estar o no de acuerdo con él, pero en esto es un genio.


Por desgracia mi trabajo me impide seguirlo y sólo los viernes tengo un poquito de tiempo para oír sus comentarios y los de los oyentes, y los viernes precisamente la cosa no va de risas sino de comida y siempre con un tema monográfico, arroces, setas, hamburguesas, lo que buenamente se le ocurra y este viernes iba de latas, de las maravillosas latas que hay en nuestro país: berberechos, bonito, callos, fabadas, cola de toro, y un interminable sinfín de ellas.
Esta fue la que utilicé

Una señora llamó para contar que ella le hacía a su marido un plato de alubias con navajas que estaba de tocarle las palmas y que su marido no se creía que lo hacía con productos lateriles y acto seguido contó como confeccionaba tal manjar. Como plato se  me pusieron los oídos y nada más concluir la buena señora con la explicación me dije. ¡tate, esto lo hago yo ya mismo!.

Y estas las alubias
Y efectivamente lo acabo de hacer y esta es la receta a mi manera como cantaba el gran Franky.


ALUBIAS CON NAVAJAS 

Ingredientes:

Un bote de alubias ya cocidas

Una lata de navajas.

Unos mejillones cocidos al vapor (en la receta original no venía)

Media copita de manzanilla o un buen vino blanco (esto tampoco)

Una cebolla, ajo, sal, aceite de oliva y perejil.

Preparación:

Lo primero es cocer los mejillones, yo los hago al vapor y los dejo muy muy poco tiempo, lo justo para que se abran y tomen cuerpo. Los reservo, les quito las conchas  y los guardo en un recipiente junto con un poco del caldo de la cocción previamente colado.


Las alubias la sacamos del bote y le damos un enjuague.


Las navajas las sacamos de la lata y guardamos el líquido.


En un recipiente pongo el aceite y pocho la cebolla muy picadita, cuando esté lista le añadimos las alubias escurridas y damos unas vueltas. Añadimos el vasito de vino, dejamos que se evapore el alcohol y ponemos el líquido de las navajas y un poco del caldo de los mejillones, simplemente hasta cubrir someramente las alubias.



Dejamos que se mezclen los sabores a fuego lento durante unos diez minutos y rectificamos de sal si hace falta.


Mientras en una sartén hemos puesto los ajos picados y le hemos dado un punto de color, añadimos los mejillones y las navajas, ambos  troceados, y los hacemos como si fuesen gambas al ajillo. Cuando estén acabados añadimos todo a las alubias.


Un par de minutos para que todo se integre y listo. 

Se me olvidó ponerle el perejil
Emplatamos y coronamos el plato con un par de navajas que habremos reservado y con un poco de perejil picado por encima. A coger un bollo de pan y que salga el sol por donde salga.

JAEN. MANGASVERDES

$
0
0
Este año mi pequeño periplo navideño tenía como meta final Murcia (33 años sin pisar sus calles desde que me mandaron a hacer el servicio militar allí)  y, claro, no era cuestión de meterse un tute desde Sevilla de golpe y porrazo máxime cuando uno está de vacaciones y se puede parar y disfrutar de etapas intermedias. Así que lo planificamos de la siguiente forma:


·         



1 Día. Jaén
2 Día. Baza
3 Día. Murcia
 4 Día. Murcia-Elche
5 Día. Guadix
Jaén es pequeñita y toda su actividad gastronómica y de tapeo gira alrededor de su catedral, en un radio de quinientos metros de la misma se puede encontrar de todo. La clásica zona de tapeo en barecitos pequeños en las calles Cerón y Maestra y los callejones perpendiculares que las unen, donde con cada consumición te ponen una hermosa tapa por un precio realmente módico y que con cuatro o cinco tapas ya has comido prácticamente y encima has probado de todo un poco (migas, costillas en salsa, papas preñadas, etc) que te sirven en un riguroso orden en función de la consumiciones que lleves. En cualquiera de estos bares no se deja de oír las comandas de los camareros a voz en grito: “tres terceras”, “dos primeras” etc.

Nosotros visitamos por la mañana tres de estas tasquitas y la única que nos gusto fue Los Amigos donde nos tomamos 2 cervezas con un platazo de costillas en salsa que estaban de muerte por 2,80 €.


A otro lado de la catedral y separado de esta zona tradicional apenas por dos centenares de paso, en la calle Bernabé Soriano y su paralela el aspecto de los bares cambia radicalmente, locales amplios, con camareros pulcramente vestidos de negro, donde la atención y el servicio adopta otros modales mucho más modernos pero a la vez más impersonales y, sobretodo, donde la oferta gastronómica es bastante más amplia y elaborada sin dejar por ello de ponerte tu tapita con cada consumición., muy bien presentadas y producto de una cocina mucho más moderna, a medio camino entre el bar clásico y el moderno gastrobar.

Berenjenas con miel, aperitivo de Panaceite

Nosotros estuvimos en Panaceitetomando un par de copas de vino y allí mismo compramos una botella del que es uno de los mejores aceites del mundo Melgarejo Picual a 15 € el medio litro.


Otro aperitivo de Panaceite

En esa misma calle está el que para mí es el mejor local de todo Jaén y por el fuimos a esa ciudad: Mangasverdes, un establecimiento muy joven con apenas un año de vida y que ha supuesto toda una revolución en la oferta gastronómica jiennense. De la mano del joven chef Fran Cuadros y de su socio Emilio Martín se ha erigido en el faro que alumbra la nueva cocina por estos lares.
Los artífices del cotarro 
El local es coqueto, muy bien aprovechado y a la vez cómodo, está siempre lleno y hay que reservar para no llevarse una desilusión; el servicio es ágil y la atención muy profesional, pero de todo lo mejor es, sin duda alguna, sus platos.

Detalle del interior

Cuando llegamos ya teníamos en la mesa un aperitivo consistente en dos pequeñas obleas dobladas y cogidas por una pinza, rellenas de algo parecido al guacamole pero con un sabor más poderoso.
Primer entrante

Otro entrante

Siento no acordarme del vino que degustamos, pero estaba tan entusiasmado con los platos que probé que se me paso por alto anotarlo.

De primer plato Ceviche de corvina salvaje, leche de tigre, cítrico y aire de coco 4,80 €.

Una pasada de sabores

De segundo Pulpo y vieiras asados con crema de patatas y crujiente de jamón ibérico 8,50 €
Eso que lleva por lo alto son filamentos de chile dulce. Yo aluciné

Y de tercero y último  Caballa marinada a la plancha con copos de bonito y huevas de pez volador 8,50 €.
Eso tan sutil como alas de mariposas son los copos de bonito seco

Solo comentar una obviedad: maravillosos los tres, concretamente para mí el segundo ha sido sin duda el mejor plato que he comido en todo el año. A Eva el tercero la dejó en estado de shock.

Cuando acabamos de cenar el chef tuvo la amabilidad de charlar unos momentos con nosotros y tuve el placer de felicitarlo por el enorme talento que despliega en sus platos, imagino que él sabe muy bien todo el potencial que tiene y desde luego si sigue por esa línea le auguro el mayor de los éxitos, que por cierto ya tiene mucho.


Imperdonable visitar Jaén y no darse un garbeo por Mangasverdes. Yo pienso repetir.

MURCIA. SIETE BISTRO

$
0
0
Treinta y muchos años sin pegarme un garbeo por esos lares son muchos años, tantos que cuando ahora he vuelto a hollar sus calles me he sentido más perdido que el barco del arroz. ¡No me acordaba de casi na! bueno, del río y de los cuatro edificios más representativos, ayuntamiento, catedral y alguna que otra cosilla; aunque cuando yo estuve por acá haciendo la puñetera mili el río era un cauce vacío lleno de cañaverales y ahora luce cuidadito y coqueto como toda la ciudad, por cierto una ciudad engalanada con multitud de parterres rebosantes de colorido y una muy bonita decoración navideña.



Catedral de Murcia

Antes de venir para acá más de uno me había comentado “¿A Murcia te vas a pasar el fin de año, a ti que se te ha perdido allí? Pero si Murcia no tiene nada que ver” Tantas veces me lo repitieron (el día anterior en Baza fue la última vez  que me lo comentó un gibraltareño) que empecé a creérmelo y a dudar de mi buen raciocinio y resulta que me encuentro con una ciudad acogedora, bonita, limpia, llena de vida y coquetona y Eva y yo nos preguntamos en más de una ocasión de donde saca la gente la información de que en Murcia no hay nada que ver, o es que nos gusta mucho hablar por hablar.


Uno de los puestos del mercado de Veronicas
El caso es que nos la hemos pateado bien estos dos días (bueno un día y medio, medio día lo dedicamos a visitar el palmeral de Elche, que por cierto no nos gustó un pelo) y hemos podido hacernos una idea de la ciudad y del ambiente que se respira.

La primera mañana la dedicamos a pasear por los jardines del ayuntamiento, el mercado, la plaza de las flores y los alrededores de la catedral y cuando ya nos pareció que era hora de tomarnos una primera cervecita nos acercamos al mercado de Veronicas que es una pasada y a mí me encantó. Yo que soy el tonto de los mercados me sumergí en sus puestos y disfrute de sus pescado pero sobre todo de los puestos primorosamente ornados de frutas y verduras representativos de esa feraz y ubérrima huerta murciana. Impresionante la variedad y calidad de sus tomates.


Aluciné con la cantidad de variedades de tomates.

En uno de los muchos bares del mercado, concretamente en El Picaor, probamos unos trozos de pulpo cocido con unos botellines y nos llamo la atención algo que luego se convertiría en costumbre ¿Cuántos trozos de pulpo queréis? Nos espeta el maromo sobre la marcha cuando le pido la tapa de pulpo y nos explica que el trozo es a 1,50 y que nos pone lo que le digamos. Pues que sean cuatro trozos y dos cervezas y va el tío y no nos pone ni un cachino de pan.


Bandejón de pulpo cocido del bar El Picaor, en el mercado
Obsérvese la carencia absoluta de pan ni pico

De allí nos fuimos a la bulliciosa y reputada Plaza de las Flores que ya a esa temprana hora de la mañana ( sobre la una y cuarto más o menos) estaba a reventar de gente y nos aposentamos en El Parlamento Andaluz donde por 6,20 € tomamos dos marineras con sendas cervezas. Las marineras es la tapa estrella por estos lares y consiste en una ensaladilla con una anchoa sobre una rosquilla alargada.


Taoa de marinera

De allí nos mudamos a otro sito apenas veinte pasos, La Tapa, con una carta de lo más historiada y pedimos dos nuevas cervezas con dos tapas con nombre rimbombante. Salmorejo genital, albahaca fresca, tocino ibérico, yema de codorniz y pan hindú  3,15 € y Croqueta de setas estofada con su jugo de caldo 2,20 €.  Nos la metieron clavada, una vasito minúsculo de salmorejo con todos los aditivos desaparecidos en combate y una croqueta solitaria sobre dos lágrimas de caldo. Un asalto a mano armada


El salmorejo un timo


La croqueta (una croqueta) otro timo mayor

Todo modernísimo pero carísimo, tapas minúsculas y a unos precios de asalto con antifaz y aunque aquello estaba lleno de gente, apetao que diría un castizo, la conclusión a la que llegué es que allí se iba a relucir, a dejarse ver con una copichuela en la mano y mucho jajaja, mucha charlita en grupo pero poca birra y menos comida, mucha presencia pero poco  darle al gaznate.

Nos retiramos unos pasos de la plaza y nos fuimos a uno que en principio parecía de monos copete, más humilde, llamado Cafetería Gran Bar que estaba al lado y que tampoco nos hizo tilín y eso que se empeñaran en que probásemos lo que según ellos eran las mejores gambas con gabardina de toda la ciudad como bien atestiguaba un reportaje de ABC que aparecía primorosamente colocado y presidiendo el local en una de sus  paredes, pero ni por esas compadre, así que abandonamos la zona con el rabo entre las piernas y una cierta desilusión.


Las supuestamente famosas gambas con gabardina de Armani

De vuelta al hotel decidimos tomar una copa y picar algo en la terraza del hotel Silken Siete Coronas, concretamente en su Restaurante Siete Bistro. La terraza es magnífica, con una preciosa vista al rio y sus puentes. Nos aposentamos y pedimos la carta y cuál no sería nuestra sorpresa que nos encontramos  con una verdadera joya culinaria, con una relación calidad precio apabullante, un servicio cojonudo y un sitio espectacular donde disfrutar de esos últimos rayos de sol de la tarde acompañados de un buen picoteo.


Mi señora en la terraza del hotel

Por 25 eurazos tomamos:

1 botella de vino Fuen Gil, un cosecha de Jumilla 10 €

Alcachofas a la plancha trufadas 2,50 €



Salmón en tartar con mostaza 4 €



Calamar plancha, cremoso y topos 3 €



Huevo pochado con trufas y cremoso de setas 3 €



Morros con orejas de judas 3 €



Tanto tanto nos gustó que al día siguiente, cuando volvimos de Elche,  volvimos raudo con la mala suerte de que cuando llegamos acababan de cerrar la cocina; pero con la buena suerte de que pegamos la hebra con un matrimonio que resultaron ser íntimos amigos de una prima mía y se nos fue la tarde entre copas y charla, pero eso es otra historia.

Por la noche teníamos reservado en La Tapadera, pero eso lo contaré en la próxima entrada después de los pertinentes anuncios.


MURCIA. LA TAPADERA

$
0
0
Si la Plaza de las Flores es el epicentro murciano del tapeo no le va a la zaga la Plaza de San Juan, aunque en esta zona los bares son más de raciones y platos que de tapas, nosotros lo teníamos a huevo ya que la ventana de nuestra habitación en el hotel daba precisamente a esa plaza y pudimos observar y sufrir el tremendo ajetreo que en ella constantemente había.
Desde nuestra ventana
Allí están La Pequeña, La Parranda, El Torrao, etc restaurantes emblemáticos de la ciudad. Sólo estuvimos un ratito en El Torrao tomando un par de cervezas y también allí el camarero, un chavalito ecuatoriano lindísimo, se empeñó en que sus “gambas con gabardinas” eran las mejores de la ciudad, así que no tuvimos más remedio que probarlas y desde luego estaban mucho mejor que las otras del día anterior, estas tenían un rebozado menos compacto, más tipo tempura y el grosor y la calidad de la  gamba era espectacular.

Con sabor a tempura
Cuando decidimos venir a Murcia ya tenía decidido que no podía faltar una comida en La Cabaña Buenavista, en el Palmar, del chef Pablo González, el único restaurante con una estrella Michelín de la ciudad; de hecho reservé con más de un mes de antelación un almuerzo con menú degustación y cuál no sería mi desilusión cuando días antes del viaje se ponen en contacto conmigo para comunicarme que por problemas organizativos deben cerrar el 30 y el 31, que cualquier otro día me recibirían gustosos, total que se me jodió el invento y tuve que tirar de ingenio y ponerme a bichear en Tripdavisor buscando un sitio de esos que a mi mujer y a mí nos hacen tilín.

Y lo encontré y di en el clavo. Vini vidi vinci que diría cualquiera que supiese latín y aunque yo ni zorra también lo suelto para quedar bien.


La Tapadera, en la calle Saavedra Fajardo nº 2, junto al cine Rex, restaurante   que según la guía Tripdavisor ocupa el lugar 11 de los 608 restaurante murcianos.

El local hace esquina y no es muy grande, sin embargo es lo suficiente cómodo y tiene una decoración bastante ecléctica con un cierto ramalazo femenino. También todo el personal que se encarga de servir son mujeres, incluida Mely,  la jefe de sala, que fue la que nos atendió en todo momento y con la que platicamos durante todo el ágape.

Tomamos un vino que ella nos aconsejó, Mabal a 2,40 € la copa. Mabal es un tinto joven 100% uva monastrel con denominación de origen Bullas y del que yo no tenía ni remoto conocimiento ni del vino ni de la denominación.

Empezamos con Sardina sobre coca de pimentón con aire de blody-mary 1,80 €. Obviamente yo, como soy el tonto de las sardinas, no puedo dejar pasar la ocasión de probarlas allá donde me las ofrezcan y esta era bastante espectacular con su espuma de aire por lo alto como para no caer en la tentación. La sardina iba cubierta con una tapenade de aceitunas.  La base de coca de pimentón me pareció demasiado compacta (mi mujer no piensa igual) y el sabor de la sardina con su toque de blody-mary muy interesante.




Los dos siguientes nos dejamos aconsejar por Mely y de segundo pedimos Milhojas de codillo con manzana verde y foie caramelizado 4,50 €. Un plato de concepción bastante sencilla y no muy complicado de montar y que queda muy bien estéticamente y da una buena mezcla de sabores en boca y encima a mí que el codillo me encanta, pues miel sobre hojuelas.


Por último (llevábamos todo el día de campavia y no era cuestión de abusar)  nos pedimos Lingote de pato a las palomitas 4 €, un lingote, como su propio nombre indica, de carne de pato confitada durante chorroscientas horas a baja temperatura, deshuesada, compactada, rebozada en palomitas y sutilmente pasado por aceite. Este sí que estaba para tocarle las palmas, fantabuloso.


El sitio es bastante interesante y desde luego le pega veinte vueltas a los pijos de la Plaza de las Flores.

Ahora me toca descansar que he realizado tres entradas en el blog en un par de días y esto es mucha tela para mi body.


LAS MEJORES TAPAS DE 2015

$
0
0
Esta mañana me he levantado rumbosamente nostálgico y me he dedicado a ver todas las 35 entradas que realicé en el blog durante el año pasado; de ellas 22 son de bares, gastrobares o restaurantes, 8 son recetas,  muchas de viajes y alguna que otra cosilla suelta.

Y viendo viendo me puse a cavilar sobre las muchas y diferentes tapas que caté y en eso estaba cuando decidí hacer un recopilatorio de las que más me gustaron. He decidido dividirlas en dos secciones: Sevilla y otros lugares


Comencemos con los establecimientos sitos en nuestra Serva La Bari y  con los comentarios que hice en su momento sobre cada una de ellas. Si quieres leer la entrada completa sólo tienes que pinchar en el nombre del establecimiento.

Gastrobar la Pimienta: Arroz socarrat con langostinos 6 €. Simplemente perfecto, sabor, presentación, concepto…



Perro Viejo: Pulpo a feira con migas, huevo ecológico y caldo ibérico 9,5 €. el pulpo estaba…¡madre mía como estaba el pulpo!




Restaurante ConTenedor: Arroz con setas y pato. Una pasada, sencillamente una pasada. El sabor del arroz impecable y con una textura sutilmente crujiente, como si fuese un conato de socarret y el pato le sienta….. ¡madre mía, como le sienta el pato!




RestauranteConTenedor: Tataki de ciervo con ensalada de fresas, hinojo, naranjas sanguinas y crema de coliflor. La carne sabrosísima se deshacía en la boca; mi mujer, que no es nada carnívora, lo degustó con verdadera fruición y deleite. Yo, ni os cuento, orgasmo tras orgasmo cada vez que paladeaba esa delicia. El plato muy muy generoso, con al menos catorce o quince buenos trozos de ciervo. Sencillamente emocionante. La presentación un bonito cuadro.


Fargo: Humus con berenjenas croisant 8 €
El humus se ha puesto demodé y justo es reconocer que este estaba rico rico, como dice un afamado y televisivo restaurador, amén de que el plato era en extremo generoso; pero si el humus era notable lo que resultaba espectacular eran las finísimas láminas de berenjenas crujientes y melosas. Un lujo asiático.


Abantal: Paella de cerdo y bacalao confitado. Para mí lo mejor del día sin ningún tipo de dudas. Un arroz ligeramente con costra con un fondo de manitas de cerdo y un toque de chorizo (más pringá que chorizo) que le quitaban el sentío a un muerto. El bacalao que coronaba el arroz perfecto de ejecución.


La Bodeguita: Papas a la brava, a 2,50 €. Pedazo de tapa en todo los sentidos, espléndidamente ejecutada; las patatas suculentas (yo creo que la acaban con un toque de gratinado al horno) la salsa ídem de ídem, la cantidad sobrada y el precio de los que ya no se estilan. Matricula


Ahora toca las que he probado en escapadillas varias

El Faro del Puerto (Puerto de Santa María): Alcachofas rellenas de marisco. Cuatro alcachofas rellenas con un sofrito de marisco y cubierta por un huevo frito de codorniz, de fondo una salsa espesa y sabrosa. Desde que el año pasado estuvimos en Cartagena y descubrimos el mundo alcachofil nos hemos vuelto unos impenitentes forofos. Exquisito




ElBatán de las Monjas (San Nicolás del Puerto): Ensalada de la huerta con lomo de orza, setas y aliño de batatas. Espectacular y con una concepción novedosa. La mano de Jesús haciendo milagros.




Arrieros. Linares de la Sierra. Carpaccio de presa ibérica con virutas de foie y reducción de vinagre de Módena. Uhmmmmmm, duró “lo que duran dos peces de hielo en un whisky on the rocks” como diría elSabinas




Restaurante Bistro Casa Alfonso (Cazorla). Mar y montaña de mollejas de ternera, langostinos y espinacas frescas 13 €. Los platos exquisitos y muy generosos y en especial las mollejas estaban para tocarles las palmas y bailarse un zapateao en su honor



Tragaluz (Rota).Corazones de alcachofas rellenas de huevos de codorniz con huevas de truchas (11,80 €). Un espectáculo de plato, da pena penita comérselo de lo bonito que pintaba en la bandejita.




La Tapadera (Murcia). Lingote de pato a las palomitas 4 €, un lingote, como su propio nombre indica, de carne de pato confitada durante chorroscientas horas a baja temperatura, deshuesada, compactada, rebozada en palomitas y sutilmente pasado por aceite. Este sí que estaba para tocarle las palmas, fantabuloso.




Mangasverdes (Jaén).Pulpo y vieiras asados con crema de patatas y crujiente de jamón ibérico 8,50 € la que para mí ha sido la mejor tapa que he probado en todo el año



El año que viene repetimos.

Feliz y venturoso año 2016 a todos mis lectores


17/01/2016. De O´ Vinos y Tapas

$
0
0
Domingo 17 de Enero.

No se me ha pasado la resaca de las fiestas navideñas, el cinturón no da más de sí y ya estoy embarcado en una nueva batalla; es que no tengo remedio, que na, “que las entrañas me (te) lateny necesitan manduquio (otro) que las desaten” como decía en sus buenos tiempos el envidiado  Patxi Andión en su maravillosa canción “amiga del corazón” (envidiado por ser cantautor, actor, periodista, por su sólida cultura política y su compromiso social y sobre todo por casarse con quien fue nuestra primera y hasta ahora única  miss universo, la sin par Amparo Muñoz).


Leo, el amo de los fogones y Juanjo, el dueño del salón


Que no tengo remedios y punto pelota, las cosas hay que asumirlas y hacerse fuerte en las determinaciones aceptadas, acertadas o no; y yo, erre con erre, como los caballos de la trilla y parafraseando al culterano, barroco y ampuloso D. Luis de Gongora y Argote (cordobés por más señas)  “ande yo contento (caliente) y ríase la gente”

Desde que llegaron a mis oídos que De O´  había abierto un nuevo local en el centro de Sevilla llamado De O´Vinos y Tapas no dejaba de rondarme la idea de rendirle una visita, más que rondarme  lo que hacía era acuciarme inmisericorde y, claro está, de necios es hacer oídos sordos a tan perentoria demanda.


El sin par carpaccio de presa ibérica
El cinco de abril del año pasado visité por primera vez De O´, el originario que está en  Los Remedios, y me encantó; me enamoré perdidamente de su cocina y sobre todo de su carpaccio de presa ibéricacon aceite de pipas de calabaza y gelatina de mango que me pareció y me parece una portentosa creación de su chef Leo Ramos, luego he vuelto en varias ocasiones, pero siempre me da pereza trasladarme a Los Remedios, así que cuando me enteré que habían abierto un nuevo establecimiento en C/ Jesús del Gran Poder nº 83 me dio un subidón de alegría.

Este establecimiento es mucho más grande que el anterior y se nota que han cuidado la decoración con mimo, con detalles que te retrotraen al original como esos armazones de madera con su trenzado de cuerdas multicolores. Ejerce de maestro de ceremonias  Juanjo del Valle, socio de Leo, que te atiende con prestancia y te da detallada cuenta de todo lo que se cuece en la cocina, ingredientes incluidos.

La cerveza a 1,40 € y el vino que hemos tomado por recomendación expresa de Juanjo después de hablar de gustos y de uvas ha sido Laya 2014  14 € elaborado con uva garnacha tintorera y monatrell y denominación de origen Almansa.

Empezamos pidiendo Carpaccio de venado, setas, garbanzos fritos, cebolleta tierna,  emulsión de tomates secos y crema de parmesano 6,95 €. Al plato no se le puede poner un pero y encima tuvieron la amabilidad de traer la crema de parmesano en un cuenquecito aparte para que Eva se sirviera en su parte y que la mía quedara impoluta; pero me parece que no tiene la perfección del de presa ibérica y sobre todo me pareció bastante pequeño para el precio. Encima de la carne llevaba boletus edulis confitados.
Con parmesano
Sin parmesano

Si este me dejó un poco tocado del ala el siguiente hizo que los ánimos volvieran por sus fueros, una magnifica y abundante media ración de Menestra  de verduras, huevo poché y trufa sobre crema de bimi 5 €.  Cada verdura al dente con su correspondiente cocción y una combinación de sabores espectacular, como ya he dicho sencillamente magnifico. La confección del plato me hizo recordar la famosa ensaladilla decostruida de la Taberna Panduro.


Este plato es sencillamente una pasada elevada al cubo

Seguimos con otro que ya habíamos probado antes Vieiras a la plancha sobre papada cocinada en sus jugos y humus ligero de judiones 5,25 €. En el original los judiones estaban presentados enteros, ahora están en una crema semejante al humus y ofrece muchos más matices al paladar. El plato ha ganado respecto al original.




Vino después una tapa de Albóndigas de ibérico en salsa de Pedro Ximénez sobre cremoso de patatas trufadas 3,90 €.  Buenísimo, lisa y llanamente buenísimo además de bastante generoso para el precio.




Por deseo expreso de Eva acabamos con otra tapa de Rollito de cordero confitado sobre puré de boniato y aceite de menta 3,80 €.  Ídem que ídem de lo anterior, perfecto de ejecución y de sabor y amplio de contenido.




A mi señora se le antojo acabar la jornada con un postre de Poleá de naranja con picatostes de chocolate 3,95 €. Yo por  los postres no corro, normalmente cuando se llega a ellos yo ya estoy en un cierto punto de saturación y los eludo; en este caso lo caté y fue mi damisela la que le hizo los honores que se merecía.



En total la cuenta fue 47,30 €, un precio muy muy aceptable en relación a la calidad/cantidad/elaboración de las viandas que degustamos.

Acabar con tres detalles que hablan por sí solo:
Con cada uno de los platos que comimos se nos cambió completamente el servicio de mesa, platos y cubiertos; esto sólo me había pasado en Abantal, pero evidentemente los precios allí no se parecen a estos ni en pintura.
En cada mesa las flores que la ornaban eran naturales
No nos cobraron por el pan. ¡Aleluya!


Cuando Eva y yo cruzamos, al salir, la puerta del establecimiento íbamos contentos, ufanos y satisfechos, que ya es mucho decir.


CATA DE VINO: Laya 2014. D O Almansa


Por D. Andrés Santamaría Santigosa.

Recuerdo la expresión de la cara de un buen amigo cuando probó Laya 2014 y supo su precio, en torno a cinco euros. Sí, sorpresa; tal vez sea la mejor descripción para este vino. Si su primera impresión ya había sido positiva (“bueno”, “muy frutal”, “agradable”); al saber el precio, la conclusión fue clara: excelente relación calidad-precio, “¿dónde lo compro?”. Laya 2014 procede de uvas de viñedos de la zona de Almansa (Albacete) situadas en suelos calizos (ligero aporte mineral al vino). Se trata de un coupage de Garnacha Tintorera y Monastrell. Su paso breve por barrica -4 meses- le otorga una buena estructura y cuerpo, sin esconder la vigorosidad de su juventud. Rojo picota y lágrima marcada, fresco, frutal, agradable,  equilibrado, joven. Cuando lo dejas reposar en copa ligeros apuntes especiados y minerales. Con una entrada amable, algo ligera y suave, pero intensa, así como una buena acidez. A mí me resultó equilibrado al paladar. Pero, a juicio de quién les habla, tal vez lo mejor de Laya 2014 sea su irresistible precio en relación a lo que ofrece este vino del levante español. Es otro de los vinos ideales para iniciarse en este mundo. En suma, una buena elección. Ya son varios los vinos levantinos que comienzan a despuntar. Habrá que tomar nota

BERENJENAS ESCABECHADAS

$
0
0
Esta vez me voy a dejar de parafernalias varias y elucubraciones mentales y voy directo al grano, a la receta que es lo que cuenta

Y ya, sin más dilación empiezo:





BERENJENAS ESCABECHADAS
Ingredientes:
Kilo y medio de berenjenas
2 puerros
10 dientes de ajos
6 chalotas
3 zanahorias
12 granos de pimienta
2 clavos               
3 hojas de laurel
1 vaso de vino blanco
Medio vaso de vinagre
Aceite
Sal.


Preparación:

Pelar las berenjenas y cortarlas en tacos grandes, como del tamaño de una goma de borrar gordita. Poner los trozos en un escurridor y rociar con sal para que pierdan agua. Tenerlas por lo menos media hora. Al cabo de ese tiempo limpiar bien de restos de sal y freír por tandas en abundante aceite caliente durante tres minutos (yo utilizo la freidora y no paso los trozos de berenjenas por harina por una cuestión de dieta, pero pasadas por harina quedan mucho mejor y más crujientes). Reservar

Las berenjenas ya fritas

Pelar las zanahorias, cortarlas en rodaja y darles un hervor de cinco minutos desde que el agua empieza a hervir. Reservar.

En una cazuela amplia ponemos el fondo de aceite, los ajos pelados y partidos por la mitad, los puerros en rodajas, las chalotas en cuartos, las rodajas de zanahorias, los granos de pimienta, los clavos, el laurel y dejamos que se haga todo a fuego medio durante al menos 10 minutos sin dejar de remover con la paleta y sin que llegue a coger color.

Haciéndose en la olla

Agregamos el vino y dejamos que se evapore el alcohol y sin solución de continuidad el medio vaso de vinagre y otro medio de agua. Dejamos un par de minutos para que se mezcle todo bien, rectificamos de sal y ponemos las berenjenas que teníamos reservadas.

Tres o cuatro minutos más dando vueltas suavemente y listo.



El resultado final ha de quedar untuoso, con un punto de cremosidad, ni líquido ni seco. Si en algún momento vemos que se está quedando seco añadimos un poco más de agua y en función de que te guste más o menos el sabor del vinagre le agregamos más o menos cantidad.

Dejar enfriar y guardar en el frigo. Dura unos buenos pocos de días y sin lugar a dudas está mucho mejor frío que caliente.

En tarros como este me duran una semana en el frigo

Me encanta como acompañante de un buen entrecot a la plancha y con un copazo de un buen vinillo.

31/01/2016. LA QUINTA. BRASERÍA

$
0
0
Se nota que a Alberto y a Gonzalolas cosas les marchan viento en popa y a toda vela. La verdad es que se lo curran de lo lindo, bien currado, y los frutos que están recogiendo tienen muchas horas de sudores y de trabajo sobre sus espaldas.

Los dos forman un tándem cojonudo. Alberto es el perfecto anfitrión, siempre la sonrisa en los labios y una palabra amable; te recibe con los brazos abiertos y si mínimamente eres un asiduo entonces es que te pega un cariñoso abrazo que hace que te sientas como en casa. Mientras habla contigo y te busca mesa o te acomoda en la barra despliega una febril actividad, atento al menor detalle, controlando todo lo que ocurre a su alrededor, presto a subsanar el menor de los errores.

Gonzalo reina en los fogones dirigiendo con maestría su no tan pequeña y engranada orquesta de cocineros y cuando sale de sus dominios para saludarte lo hace  de una forma distendida y cordial. A mí me encanta hablar con el de micología y a veces tengo la osadía de comentarle la última receta que se me ha ocurrido cocinar con níscalos, boletus o amanitas y él hace como que me escucha muy interesado y comenta algo y yo pienso “joder , a lo mejor el próximo día que venga me encuentro mi receta de níscalos escabechados con sardinitas en la carta”, por supuesto no me hace ni caso, pero yo me lo creo feliz.


Y la estatua de Perejil entre los dos establecimientos
Una vez ambos han consolidado su maravilloso Catalina (todo el año entre los diez primeros restaurantes de Sevilla en la guía Tripdavisor) han tomado ola como buenos surferos y se han embarcado en una nueva aventura: LA QUINTA. BRASERÍA en la misma plaza Padre Jerónimo de Córdoba, teléfono 954 600 016 a apenas unas docenas de pasos de su antiguo establecimiento.


Setas de temporada en la vitrina de Catalina

Unos de los salones de La Quinta
Igual pero totalmente distinto, dos conceptos divergentes para presentar sus obras culinarias.

Catalina es moderno en su concepción, en sus mesas y taburetes, en la decoración, con ese gran expositor repleto de setas, dulces y caprichos varios que te recibe a puerta gayola nada más entrar. Ágil y rápido, con un servicio eléctrico, donde los productos se consumen en pequeñas dosis o en raciones a discreción del cliente que es el que siempre manda. Tiene alma de gastrobar.

La Quinta es otra cosa, empezando por el sitio, un caserón señorial de esquina con unas preciosas rejas, un amplio recibidor y su escalera de mármol al fondo que te llevan a los altísimos  salones de la planta primera, un precioso y fresco patio. Todo meticulosamente estudiado para que te sientas el señor de la casa. Aquí el concepto tapa prácticamente ha desaparecido y la carta, muy amplia, adopta un tono más clásico: entrantes, pescados, verduras, carnes….. Todo tiene un aire más relajado, pausado, como en los grandes restaurantes tradicionales, con un servicio presto y profesional, que está pero que no se le nota, como debe ser.


El Patio

Otra vez el patio

Las viandas, como en Catalina, innegociables, de primera categoría y con una oferta un poco distinta y donde juega un papel fundamental el enorme horno de leña que tiene el establecimiento y que se nota en sus carnes y verduras al carbón.


El horno
Aunque a nosotros lo que nos gusta es picotear, probar muchas y variadas viandas en pequeñas porciones, no nos hemos podido resistir a la idea de venir y pegarnos una vueltecita por este sitio.

Una cerveza para abrir boca (2,10 €), que el día se lo merece y el tiempo acompaña y con ella nos han puesto un aperitivo obsequio de la casa consistente en tres rebanadas de pan tostado impregnado de pulpa de tomate, aceitunas y un cuenco de parmesano en lasca.

Durante la comida hemos tomado un tinto de D.O Bierzo llamado Brezo, 18 €, elaborado con uva mencía y garnacha tintorera.

Hemos pedido tres platos y dejado que la chica que nos estaba atendiendo nos lo pusiera en el orden que ella estimara oportuno:

1.- Pulpo a la brasa sobre brandada de bacalao 11,50 €
Al pulpo le pega como anillo al dedo la brandada de bacalao y más si esta, como era el caso, está muy suave y cremosa.  El tentáculo del pulpo hermoso y de buen tamaño y el único pero es que a la parte de mayor grosor del mismo le faltaba un mínimo punto de cocción para llegar a ese punto mágico en el que el pulpo se deshace en la boca con solo presionarlo. De sabor impecable




2.- Tartar de solomillo de buey con chips de yuca 12,50 €
La primera sensación que tuve al probar el tartar fue que estaba un punto soso y apunto estuve de pedir un poco de sal Maldón para espolvorearlo. Eva me convenció de no hacerlo puesto que a ella le pareció perfecto y acertó plenamente, al segundo bocado tenía la boca inundado de sabores, al tercero ni te cuento.



Había en la carta dos tartares de solomillo, el que pedimos y otro que en lugar de chips de yuca venía con huevo frito, unos vecinos de mesa lo pidieron y la verdad es que tenía mejor presentación con su yema en lo alto y coronado por unos huevos de algún tipo de pez.

3.- Arroz meloso de carrillada ibérica con alcachofas 14,50 €
Con el arroz iba a tiro hecho, era apostar a caballo ganador, en navidades estuve comiendo aquí con mis compañeros de fatiga y prácticamente casi todos de los cuarenta que vinimos lo pedimos. ¡Línea y Bingo! Tanto me gusta que lo he incorporado a mi recetario particular, a ver si algún día de estos, cuando lo coja con la guardia baja, le saco a Gonzalo alguno de sus secretillos.



Últimamente mi señora está de antojo con los postres y hemos pedido uno. Para pedirlo le dijimos a la chica que nos trajera la carta pero en lugar de ello se presentó con una preciosa y alargada caja de cuero en cuyo interior lucen toda la oferta de postre y nos desglosó las características y composición de cada uno de ellos. Eva se decantó por un Diplomático  5,50 €  que era un mousse de chocolate con plátano y nueces.
La caja de los postres

El postre

Para acabar el ágape y como siempre nos pusieron un pequeñito mini-gin-tonic, lo que se ha convertido en enseña de la casa.

Para acabar dos cosillas que me parecen importantes, por lo menos para mí lo son:

1.- Los precios me parecen un punto carillos; los platos un par de euros por encima (sobre todo el arroz) y el vino bastante más teniendo en cuenta su precio en mercado.

2.- De nuevo (y por desgracia se está convirtiendo en costumbre generalizada en todos los establecimientos) me percato de que en la cuenta aparece un cargo en concepto de pan de 1,25 por cabeza y sencillamente eso es algo que me pone de los nervios.

La cuenta final fue 34 euros por cabeza y dos clientes ahítos y satisfechos, la pena es no haber podido probar otras cosillas de las muchas que oferta la carta. Otra vez será amigo mío.

Por cierto, durante todos los sábados del mes de febrero tienen una oferta para probar los famosos calcots a la brasa, supongo que algún día me pasaré a catarlos.








7/02/2016. LA TRASTIENDA DEL RINCONCILLO

$
0
0
Hay sitios a los que se va y otros por los que se pasa, sitios de tránsito y destinos anhelados, caminos que hollar y cumbres que alcanzar. Un destino bastante conocido de muchos sevillanos y buscado por una ingente cantidad de turistas es El Rinconcillo, el decano de los bares metropolitanos, historia viva de los últimos muchos años de esta ciudad, concretamente desde que inauguró sus puertas allá por el año 1670. ¡Mucha tela!



Yo no soy un fan del Rinconcillo, sencillamente no me gusta demasiado, me resulta notoriamente incómodo y su oferta gastronómica no es que me vuelva loco que digamos (sí, sí, ya sé que soy una rara avis, pero que se le va hacer). Siempre abarrotado hasta la asfixia y donde en algunos momentos acerarse hasta la barra a pedir algo es más complicado que sortear a la legión de reventas que copan las taquillas de La Maestranza en día grande. Obviamente alguna que otra vez me dejo caer  por allí y disfruto de una de sus esplendidas pavías de merluza o bacalao.

Todo este prefacio viene a cuento porque el sábado por la tarde mi amigo D. Mario Zapata Trigo, medio mohino  medio constantinense, sevillista acérrimos por más señas, político de sangre, cocinero de afición y un artista de las relaciones personales y del saber estar, me llama muy entusiasmado y me larga un alegato de madre y señor mío:

-          Pinki, tienes que ir a un sitio que he estado esta mañana, cojonudo y barato……………….. ya le he dicho al camarero que me atendió que le harías una visita, no te lo puedes perder………………. se llama…………………y está en………………………. Me comí unas manitas y…………………..et, etc

Así que este domingo de primavera temprana no he tenido más remedio que tirarme al monte ir a comprobar en situ las excelencias glosadas telefónicamente por tan solvente referencia.


En esa callejuela esta La Trastienda

La Trastienda del Rinconcillo se llama el establecimiento, sito en la castiza calle Alhondiga nº 6, teléfono   954 21 09 75, justo al lado de la iglesia de Santa Catalina, cerquita del Tremendo y aledaño a la casa matriz El Rinconcillo, del que actúa de "sucursal” con matices.

Digo con matices por dos buenas razones:

-      1.-  El sitio es bastante más tranquilo.
-    2.- La oferta gastronómica es más de gastrobar, su presentación más elegante; sin perder la esencia del establecimiento original pero con una elaboración más moderna y cuidada.

Nosotros nos sentamos dentro, pero también tiene una amplia terraza a la sombra de uno de los muros de la iglesia, que de seguro dará mucho juego cuando las temperaturas alcancen cotas más altas, de hecho hoy estaba lleno total.

En conjunto una buena barra, taburetes altos en la entrada, mesas bajas en las dos salas del fondo, la terraza de marras, un buen y ágil servicio y ¡albricias, no te cobran el pan!

Como llegamos con una miaja de sed, mientras estudiábamos concienzudamente la carta nos refrescamos con un par de cervecitas (1,20 € €) y luego durante el ágape nos pedimos una botella de Garum (15 €) tinto autóctono andaluz gaditano por más señas elaborado con uva syrah 30%, merlot 60% y petite verdot 10%. Por cierto la carta de caldos es cortita con preeminencia, como es bastante usual, de Riojas y Riberas.

6 tapas nos tomamos como 6 soles, 6 tapas escogidas cuidadosamente de una carta más que aceptable, donde se conjugan a la perfección lo tradicional del Rinconcillo con las nuevas ofertas gastronómicas. Nos decantamos por estas que a continuación desgloso, y están puestas en el orden que nos la sirvieron.

Parmentier de patatas nuevas con pulpo y huevo gratinado 3,30 €


Tartar de atún y aguacate con reducción de Módena 3,80 €



Potaje de judiones con gambas y almejas 3,50 €



Ajoarriero de bacalao confitado sobre bizcocho templado de tomate 3,80 €



Arroz negro de chipirón y langostino  3,80 €


Dados de presa ibérica en salsa strogonoff de mostaza, remolacha y zanahoria 3,50 €


No voy a entrar en detallar cada una de ellas, si acaso algunas pinceladas:
·       1.- El profundo sabor del potaje de judiones
·        2.- La originalidad del strogonoff y del bizcocho templado de tomate
·        3.- La suavidad del ajoarriero

Pero si me quedo con algo que en especial tenga que resaltar es la buenísima relación calidad-cantidad-precio. Comimos y bebimos muy bien los dos (4 cervezas, 1 botella de vino y seis hermosas tapas) por 41,20 €

Empezaba la entrada diciendo que hay sitios de paso y otros que son meta de un peregrinaje, La Trastienda ha sido mi destino en esta ocasión, pero a partir de ahora, en adelante, será en muchas ocasiones sitio de paso donde tomar la primera o la última tapita cuando pase por sus aledaños, que es casi siempre que voy o vengo al o del centro.

MATANZA Y CORTADORES DE JAMON

$
0
0
Esta entrada se la dedico a mi amigo Carlos Javier Trejo porque él me dio la idea de escribirla, prácticamente me ha obligado a hacerlo y, sobre todo, por lo que altruistamente hace por nuestro pueblo, El Real de la Jara.

Este fin de semana, desagradable, ventoso y algo pasado por agua, ha sido la fiesta de la matanza del cerdo ibérico (concreta y pomposamente su nombre oficial es VII Rito Gastronómico de la Matanza del Cerdo Ibérico) en mi querido pueblo mohino y ni las nefastas inclemencias meteorológicas que han rodeado el evento han podido deslucirlo ni despojarlo del brillo que ha tenido.
El verdadero protagonista del evento, muy a pesar suyo, por cierto

Han sido 2 días de disfrute, espectáculos, actuaciones, buen yantar y sobre todo de una fantástica exhibición de maestría por parte de ocho cortadores de jamón. Yo solo estuve el sábado por lo que mi entrada se circunscribe a lo acontecido este día

Como ya he dicho el día amanece jodidillo, revuelto, ahora un tenue sol matinal asoma huidizo entre las grisáceas nubes, ahora un chirimiri que unido a una seria bajada de temperatura hace que nos tengamos que abrigar a conciencia. Ya a las once de la mañana pululan por el pueblo los más madrugadores de sus visitantes, nutridos grupos de personas que, poco a poco, se van agrupando para realizar la primera de las actividades programadas: subida al castillo que corona al pueblo y visita guiada por el mismo a cargo de una docta persona experta en la materia. Los que no estamos por esa labor, el que escribe entre ellos, aprovechamos el momento para entrar en calor con un cafetito de esos que ponen bien cargado en "La Piscina" y que nuestra entrañable Paqui nos ponga una tosta con jamón y aceite de esas que resucitan a un muerto.




Sobre las doce y, otra vez  poco a poco, el público se empieza a agolpar alrededor de la mesa donde se celebrará la matanza, ese altar donde el matarife pondrá a prueba su maestría en el despiece del cerdo. El “bicho”, enorme y gordo gordo, reposa inerte ocupando toda la caja de un pequeño remolque esperando su postrero protagonismo. La gente se da codazos para coger el mejor de los sitios, mientras más cerca mejor, que se pueda casi tocar con la mano  al finado animal.
Trasladando al guarro

 Por doquier resuenan los clics de los móviles. Fotos por un tubo, como si les fuera la vida en ello y la inmortalidad dependiera de sus cámaras. Entre los presentes se oyen comentarios de todo tipo e índole:

-¿Y qué dices tú, que pesa 20 arrobas?
- ¿Y eso cuántos kilos son?
- Pues yo eso de las arroba creía que era una cosa del internet ese.
- ¡Madre del amor hermoso, que ejemplar! ¡Qué jamones tienen que salir de ahí!
Una señora cogida del brazo de su marido le comenta -¡Que pedazo de guarro!
-Guarra. Le contesta presuroso el conyugue.
-Guarra será tu madre. Replica ella ofendida soltándose del brazo
-No, no, cariño, que no es por ti, me refería a que es una hembra la sacrificada. Asustado, raudo, la tranquiliza con una socarronería sospechosa.

Y sigue la espera y va llegando más y más gente que se van arremolinando alrededor del improvisado ara del sacrificio y paulatinamente, dejándose querer, van haciendo acto de presencia los verdaderos artistas del evento, ahora dos de los ayudantes consciente del interés que despiertan se pasean ufanos delante del respetable,  luego llega el conductor de la carretilla eléctrica encargado de mover el cerdo desde el remolque hasta la mesa de despiece, más tarde se incorpora……

Se empieza a notar la tensión en el ambiente y más fotos por doquier, las fotos que no cesen, es importante que quede un recuerdo gráfico de cada uno de los momentos vividos para mañana compartirlo con los amigos en el trabajo y matarlos de envidia.

-No te puede imaginar, Pepe, lo bien que lo pasamos. ¡lo que te perdiste!

Y una madre le espeta a su retoño:

-Antoñito, ponte junto al guarro que nos vamos a hacer un selfi y se lo voy a mandar por wasa a los abuelos para que te vean. Tan cerca noooooo, que es capaz de pegarte un bocao el animal
-Mama que está muerto y requetemueto
-Por si las moscas, que las escopetas las carga el diablo.
¡Mamaaaaaaa!
-Chitón, niño, chitón.

Abriendo en canal al cerdo
A esta altura de la mañana, casi llegando a la una, la carpa ya está llena y no queda una mesa libre. En cada grupo de mesas, llenas de  paraguas, con sus correspondientes sillas, percheros improvisados, señorea un abuelete haciendo guardia mirando ceñudamente a todo el que se acerca con ademan sospechosos y solo con la adusta mirada te está diciendo “Si tienes cojonesatrévete a tocar una silla que se te va a caer el pelo”, insobornable guardián del tesoro. El aroma de la carne asada, de la prueba de la masa del chorizo frito, de las migas con torreznos, del caldillo, etc  empiezan a impregnar el aire y los más impacientes, yo entre ellos, ya se están metiendo entre pecho y espalda una cervecita con un plato de miga con sus correspondientes torreznos para hacer cuerpo.

De pronto empieza la megafonía y la speaker (realeña de adopción, excelente cocinera y sempiterna ganadora de cuanto concurso de arroces se hacen por estos lares) coge el micrófono y comienza a retransmitir, con ese lenguaje suyo tan espontaneo, como si de una corrida de  toros se tratara, detallando con minuciosidad todo cuanto acontece. El clamor del entregado publico lleva al paroxismo cuando el matarife, figura primigenia y esencial del espectáculo,  de un certero y prolongado tajo, abre en canal al cerdo (perdón, la cerda) desde la papada hasta el rabo, portentoso corte que deja a la vista del respetable las entrañas del animal y todas sus inconfesables intimidades. 

De ese cavernoso hueco recién abierto surge un pequeño vaho y se eleva al cielo y en eso que una oronda señora que, a fuerza de codos, se ha abierto camino hasta casi encima del carnicero con dos dedos tapándose la nariz y frunciendo el ceño murmura:

- ¡Qué asco, por Dios!
¿Asco? El mismo que tú le haces después a los chorizos y a las morcillas. Le contesta enfurruñado un señor al que la buena señora con malas artes ha mandado a segunda fila.
Y ella lo mira con infinito desprecio y con altivez, levantando la barbilla, hace oídos sordos de us palabrasy dirige la  vista a otro lado como si l acosa no fuese con ella.


Las distintas partes ya separadas
Y el espectáculo sigue durante al menos una hora. La speaker sigue con su perorata ilustrando y entreteniendo, el maestro a lo suyo, concentrado en su trabajo, con mano firme zaja, corta y separa. Ahora le saca la pajarilla, luego los lomos, más tarde jamones y paletillas, secreto, asadura y las miles de cosas que guarda el animal en su interior y todas se depositan amorosamente en artesas y barreños para su posterior subasta.




A esta altura de la mañana, ya son más de las dos, las mesas rebosan de comida, de cerveza y de copas de vino. Las bandejas de carne asada vuelan, los montaitos de chorizo asados a la brasa caen como chinches, los platos de caldillo humean, el aroma del cilantro en los platos de aliño de asadura revolotea impregnado el ya no tan frío aire, los trozos de panceta chirrían en la plancha prestos a ser devorados  en comunión con los platos de migas y los puestos de embutidos, quesos, dulces caseros y otras disparatadas cosas que bordean la carpa principal pregonan sus productos, los dan a probar y hacen su agosto en pleno febrero. Toda la plaza es un festín pantagruélico, un orgasmos colectivo de sabores, una escena felliciana donde la gula domina el escenario enseñoreándose a sus anchas. Las mesas son un trémulo mar de platos a medio consumir, ríos de cerveza, arroyos de vino, montañas de proteínas, un Tourmalet de calorías, arrobas (nunca mejor dicho) de colesterol puro y duro. Fofisanos gloriosos recreándose en su suerte.

¿Y qué? ¿Pasa algo? Mañana, y toda la semana si hace falta, a dieta sin dudarlo, pechuguita de pollo y ensaladita.

Los puestos aledaños a la carpa


Ovidio y Lola y material de su puesto

Mientras se celebraba el ritual del despiece del cerdo, aledaño, apenas separado por una docena de pasos, se celebra otro ritual aún más interesante y más sofisticado. Los 8 participantes en el II concurso al "Mejor Jamón Ibérico de Bellota" y "Mejor Cortador de Jamón"ya están preparando toda su parafernalia. El jurado exhibe los ocho jamones seleccionados, todos ellos de máxima calidad, todos ellos con una pinta que quita el sentío, sin nada que los afilie, sólo un número garantía de su anonimato. El gentío los examina y a más de uno se le pasan malas tentaciones por la cabeza.

Los ocho magníficos



-Joder, ese de 7.850 gramos, la caña superfina y la pezuña tan negra le viene a la encimera de mi cocina como una pinturita, hasta el color le pega. Sueña despierto un paisano y la boca ya se le está haciendo agua sólo de pensarlo.

Los cortadores (siete hombres y una mujer, como Blancanieves y los siete enanitos) en silencio, empiezan a sacar sus aperos de las maletas: jamonero, cuchillos, paño, delantal, platos y quien sabe cuántas cosas más. Lo hacen con gestos comedidos, con manos suaves, acariciándolos cariñosamente, limpiándolos con esmero con una impecable gamuza, depositando en ellos inconfesables esperanzas. Se toman su tiempo, no hay prisas, el trabajo bien realizado requiere calma y buen hacer  y ellos se lo toman y hasta que no han colocado en su mesa de trabajo hasta el último artilugio, todo meticulosamente calculado, como un cuadro, no se empiezan a vestir de gala para la exhibición y concurso.


Los cortadores preparan sus mesas
El juez principal los reúne, se dan las últimas consignas, se sortean los jamones, los componentes de los dos jurados (los que puntuaran la pericia en el corte y la presentación y los que se dedicaran a puntuar la calidad de los jamones) se vuelven a leer el mogollón de cosas que tienen que puntuar y a más de uno, yo entre ellos, nos asalta la duda de si estaremos preparado para tan ardua tarea.

Preparados

Almudena y Carlos, dos de los jueces de cata, el otro era yo.
Y cuando comienza el concurso te quedas extasiado viendo  a esos virgueros como tratan al jamón, como lo miman, lo miran y remiran y a veces hasta dudan donde pegar el primer corte. Lo limpian de la pátina que el tiempo les ha dado y los dejan inmaculadamente blanco, desnudos para empezar el ritual. Asombra la sutileza de esos cuchillos que parecen que se deslizan entre mantequilla, ese corte plano que parece tirado con escuadra y cartabón, esas lonchas idénticas de apenas micras de grosor que van sacando como joyas y colocando primorosamente en los platos. Van creando rosas y estrellas con las sutiles lonchas, las vetas de tocino forman espirales perfectas, una maravillosa y exquisita sucesión de Fibonacci.


En plena acción

Concentrado en la faena

Perfilando

Preparando los platos de las distintas parte del jamón

-Y tu decías que sabías cortar jamón? Le espeta una señora a su marido sito en primera fila y que con los ojos como plato no se pierde detalle de cuanto acaece.
-Hombre, mujer yo soy solo un aficionado. Esto es otro nivel. Se escusa abochornado el aludido.


Autentica maestría


Ya el primero de los cortadores lleva el primer plato al peso y el pesador canta a voz: 105 gramos. Y se oye un murmullo entre todos los que estamos por allí.
-Joder, se ha pasado por 5 gramos, seguro que en el segundo plato afina más. Comenta entre preocupado y anhelante un allegado, un seguidor del artista.


La única mujer participante

Hay que presentar tres platos y la media ha de ser 100 gramos, muy fácil de decir pero….

Se suceden las pesadas: 103, 96, 98, 100.. y se oye un ohhhhhhh entre el público.

-Lo ha clavado, la chica lo ha clavado.

Cuando apenas se lleva media hora de concurso ya hay más de 80 platos cortados y es la hora esperado por todos, la hora de venderlos al público por el módico precio de 5 euros. ¡5 eurazos de marras por un plato de jamón de categoría extra y recién cortado por manos maestras! ¡Una ganga tío, una ganga! En unos minutos los platos vuelan, desaparecen como por arte de magia entre el gentío que se arremolina tiques en mano. No tarda prácticamente nada en que estén preparados otros tantos y luego otros hasta que al final se vende todos lo que los jamones han dado de sí, que es mucho en manos de estos expertos. Bueno todo no, quedan los platos que concursaran para la presentación artística y que son verdaderas obras de arte.




Ni para caldo

Cuando acaba el tiempo reglamentario los antaño prietos, golosos y crasos jamones son apenas un descarnado y solitario hueso, desnuda pezuña que acaso acabe haciendo un buen caldo. 

- Niño, miarma, que vas a hacer con el hueso? Pregunta una señora al más cercano de los cortadores.

Los virtuosos concursantes por fin respiran después de la tensión acumulada, se felicitan entre ellos y se relajan con bromas y chanzas. El merecido solaz después del trabajo. Ahora queda el trago de la espera del resultado del concurso que se produce apenas media hora después y la correspondiente entrega de premios por el Excelentísimo alcalde sobre el escenario y los aplausos merecidos y ganados con tesón y maestría.


El plato ganador del concurso







El maestro de ceremonia canta los resultados mientras los ganadores, exultantes, suben a la palestra a recibir sus merecidos premios:
La empresa extremeña Álvaro Parra, aunque cura sus jamones en la localidad salmantina de Guijuelo, se ha alzado con el primer puesto de este galardón, que según ha confesado el jurado ha estado muy reñido dada la calidad y excelencia de las piezas presentadas. Jamones y Embutidos Caballero de la vecina localidad de Almadén de la Plata logró el 2º puesto y la Fábrica de Embutidos Reina de los Ángeles de nuestro querido pueblo el 3º.


El jamón ganador junto a su dueño y Carlos

Por otra parte, el Maestro Cortador Juan A. Pérez, de la localidad onubense de San Bartolomé de la Torre, ha sido proclamado primer clasificado como "Mejor Cortador de Jamón" logrando también el premio al "Mejor Plato Creativo". El nazareno Cristo Muñoz se alza con el 2º puesto y Antonio Escribano, de Villanueva de Córdoba, queda 3º.


J. Antonio recibiendo el premio de manos de la autoridad


El ganador al mejor jamón

Un primer plano del ganador


El segundo premiado, que le toco el jamón que gano. Yo al fondo tomando buena nota de todo

La plaza es una fiesta y una chirigota hace de las suya entre el gentío.



La charanga
A medida que avanza la tarde, casi sin darse cuenta,  va cambiando el perfil de los asistentes y la media de edad va bajando ostensiblemente. Unos, los de más edad,  se retiran buscando el descanso, esa siestecilla reparadora o ese autobús que los lleve de vuelta a sus casas donde ponerse cómodos esas zapatillas que tanto están añorando  y otros, los más jóvenes, se incorporan con todo el fulgor de su edad al cotarro haciéndose dueños del espacio escénico. 

El centro neurálgico de la fiesta se traslada a la barra donde los grupos se hacen y deshacen aleatoriamente, crecen, disminuyen, se expanden  y se disuelven, todo sin solución de continuidad, siguiendo una inmutable y desconocida ley.

Ruido por todos lados, ruido, ruido, mucho ruido como bien canta Sabina, ruido de charlas, de voces, de copas que entrechocan, de música de fondo que está pero que no se escucha, soniquete en los oídos que se escucha pero que no está, saludos, abrazos y copas en la mano, exaltación de la amistad.

Un nuevo conjunto sube al escenario y comienza a tocar y de nuevo todo vuelve a rotar, el epicentro se traslada y comienza el baile y ......

Me voy a la piscina a tomarme un cafetito con unos dulces que la edad no perdona y ya he pendoneado suficiente, luego vuelvo.


Esto sigue abarrotao
Pero no, no vuelvo, ya anocheciendo me asomo y hasta se me ponen los pelos de punta: la carpa sigue igual de llena, el conjunto hace su trabajo, la música retumba, la juventud baila desaforada al son que le tocan y disfruta de lo lindo, en la barra no cabe un pez…………….oteo el horizonte con ojo crítico  y a mí me da un ataque de responsabilidad, llámese miedo, desisto de mi intención y me voy al Pedro a tomarme tranquilito una cervecita con un bacalao frito.

Buen día, sí señor, prometía y ha cumplido con creces las expectativas.

Yo el año que viene tampoco falto, tú deberías de hacer lo mismo.

Mi agradecimiento a los autores de las fotos que amablemente me han dejado piratearlas y sobre todo a José Angel que, este sí, me ha autorizado su publicación.

21/02/2016. LA CHUNGA

$
0
0
Mañanita de Maratón por las calles sevillanas.

Hoy he salido a deleitarme con los portentosos chicos del Rift. Es un auténtico placer ver correr a estos magníficos, portentosos  y estilizados especímenes del altiplano; más que correr flotan, botan y rebotan gráciles como gacelas. Detrás de ellos, élite entre la élite, algunos osados intentan seguirles el ritmo persiguiéndolos inútilmente con la lengua fuera por el esfuerzo. A cada zancada el abismo entre ambos grupúsculos se agranda como la grieta de una enorme falla en un día convulso.


Sencillamente no hay quien les reparta el bacalao

Y después, mucho detrás, la marabunta blanquecina, heterodoxia pura, desaliño generalizado, grotesco catálogo de las mil y una formas en que uno puede correr. Ilusión en estado puro, ganas, deseo y mucho coraje, mucho. Mucho coraje hay que tener para destripar 42.195 metros. Encomiable. A mí solo de pensarlo me da calentura.




Eva y yo siempre seguimos el mismo ritual. Sobre las 9.30, cuando apenas se llevan recorridos una decena de kilómetros, esperamos a la cabecera de los participantes cerca de casa y aplaudimos a rabiar a esos uno o dos corredores en sillas de ruedas, magníficos aparatos aerodinámicos, portentosos brazos, que más que correr vuelan por el asfalto como si de bólidos se tratasen. Al cabo de unos cinco minutos aparece el grupo pedestre cabecero, africanos de ébano, masais urbanos en zapatillas, fibroso como leños y elásticos como juncos que pasan delante nuestro dejándonos una exclamación de sorpresa en los labios y una latente envidia en el corazón.


Cuando el primer blanco aparece, ellos ya han desaparecido por el final de la larga avenida. Detrás del primero un segundo, luego un minúsculo grupo, cinco, siete y de pronto el reguero de participantes se va incrementando hasta que, sin apenas darte cuenta, están pasando delante tuya una riada de corredores, oronda serpiente multicolor que ocupa todo el ancho de la avenida.


Animandose


Es hora de cambiar de sitio y nos vamos dando un paseo hasta La Alameda donde cómodamente sentados y disfrutando de un cafetito esperamos para verlos desfilar en el postrero esfuerzo de los agónicos kilómetros finales. Cuando llega a nuestra altura (kilómetro 39, 1 hora 58 minutos) el primero de ellos la gente se desgañita dándole ánimos, aplaudiendo a rabiar. El chico, el héroe,  pasa delante de nuestras narices exultante, sin una gota de sudor en el cuerpo, exhalando un aroma de grandeza y una vitola de invencible que apabulla. Al rato, el segundo, pero ese  es otro cantar, con las fuerzas casi gastadas a este lo mueve la fe y persiste como un león enfurecido. Pero sus señales corporales marcan otras cosas, cansancio y por encima de todo un inagotable deseo de acabar y de no ser alcanzado por ese tercero que lo persigue incansable como hacen las hienas cuando huelen la debilidad de sus presa.

Y allí estuvimos durante hora y media viendo pasar un carrusel humano y atisbando en su caras mil y un sentimiento: esperanza, alegría, orgullo, dolor, sufrimiento, ilusión …. y en todos todos mucho cansancio, un cansancio infinito que sin embargo no cambiarían por nada.
Un precioso y emocionante espectáculo.

Y ahora tocar comer para resarcirse del trabajo realizado, que eso de aplaudir y dar ánimos a tanta gente es mu cansao. Destino LA CHUNGA, en calle Arjona nº 13.

El local no me ha parecido nada del otro mundo, todo lo contrario. Práctico y sin un gramo de glamour. El espacio aprovechado al máximo. La terraza incomoda y ruidosa. Esta vez somos cuatro a la mesa, hemos estado con una pareja amiga del pádel (Ángela y Carlos) viendo la maratón y se han apuntado al refrigerio. Al principio nos sentamos fuera pero nos cambiamos por el ruido del tráfico.


Ángela y Carlos. Carlos y Ángela
Una cerveza 1,30 € mientras nos acomodamos y estudiamos la carta. Posteriormente hemos tomado vino Barbazul a 2,80 € la copa.

La oferta me ha parecido muy reducida y no me ha convencido del todo, al final, después de darle más de una vuelta nos hemos decidido por:
Croquetas de setas y trufas con alioli de cebolleta 3,90 €



Patatas bravas con chile y pimentón 3,5 €



Canelón de carrillera con crema de manzana y albahaca 4,50 €



Bacalao confitado con porrusalda ahumada 5,50 €



Carlos y Ángela han pedido las croquetas, el bacalao y además Risotto de calabacín y parmesano 5,00€ 



y Berenjena rellena con parmesano 3,90 €



Algunas consideraciones respecto a las tapas que hemos comido nosotros:
·     ---Las croquetas de setas estaban realmente gloriosas. De buen tamaño y con un profundo sabor que inundaba todo. Lo mejor sin duda.
·       --- Las patatas bravas bien de cantidad pero ligeramente light.
·      --- Las otras dos estando bien, no me dijeron gran cosa, correctas pero de las que al cabo de un rato no eres capaz de recordar el sabor, de evocar el recuerdo; cosa que sí ocurre con las croquetas.

Nos pedimos dos postres:
Mouse de limón y frambuesa 3,90 €



Goloso de chocolate 4,50 €



Ídem que ídem, nada del otro mundo.

Finalmente decir que los precios me parecen subidos para el local, la comodidad y el servicio. A pesar de haberles dicho que espaciaran en el tiempo la presentación de los platos  no nos hicieron mucho caso y nos lo presentaron en dos grupos y con poca diferencia de tiempo. Por último y para más inri cuando he llegado a casa he visto que nos han cobrado 3,6 € en concepto de “comensal”, lo que ya me parece indignante.

La conclusión final es que como este hay muchos otros locales en Sevilla que por un precio igual o menor te dan una oferta gastronómica y de servicio  mucho más gratificante. Se salvan las croquetas.

Clase de padel

$
0
0
Ayer tarde, como todos los lunes a la 7:30,  celebramos nuestro partidito de pádel. Llevamos la tira de años jugando este partido y siempre somos los mismos con pequeñas variaciones. De la misma forma cada martes a las 13:00 tenemos clase con nuestro “maestro” D. José Ignacio Noguera que si no nos ha mandado ya a freír espárragos es por su natural bondadoso o por algún insondable misterio que en estos momentos  se me escapa.


Empezando por el más alto: Luis, Manuel Ortas, Kiko y Manolo Garrido.
Ese día yo tenía la espalda jodida y falté
Por lo menos ocho o diez años, salga el sol por donde salga, allí que estamos nosotros cuatro (Manolo, Luis, Kiko y un servidor) prestos a recibir las enseñanzas del día, ilusionados por ampliar el bagaje de nuestros conocimientos. Años de repetir los mismos ejercicios una y otra vez, pero a nosotros eso no nos aminala, que va, siempre lo cogemos como si fuese la primera vez que lo hacemos y siempre lo hacemos como si fuera la primera vez;  es decir, fatal, siendo francamente  benévolo en la apreciación.

¡La de miles de veces que, año tras año, hemos ensayado las bandejas, los remates planos, las voleas, las……! Pues no hay forma, de ninguna de las maneras, ni por activa ni por pasiva. Cuando acabando el curso, por junio, José Ignacio nos da las notas y en casi todos los apartados nos califica con un  P.A.  Léase “PROGRESA ADECUADAMENTE” nos da la risa tonta.

Las clase en sí son todo un espectáculo de las que, sucintamente, realizaré una breve y didáctica exposición lo más objetiva posible.


Las herramientas del maestro
12.55. Nos despojamos de  la sudadera y raqueta en mano entramos en la pista para calentar un poco los músculos y coger el tonillo. Cinco minutos peloteando en paralelo para desentumecernos y José Ignacio que nos observa dándonos ánimo desde la puerta:

-Que bien os veo. Uyyyy uyyyy Manolo, estás que te sales.
- Kiko déjate de pelotazos, que esto es un calentamiento.

Cuando pasado el tiempo, inocentemente (o tal vez no), se le ocurre preguntar -chicos, ya estáis calientes en lugar de – chicos, ya habéis calentado, se arma la de Cristo, cachondeo generalizado y procacidades al tuntún. Descojono total y cada uno sale por Antequera.

13.10. Explicación técnica del golpe que ese día vamos a practicar a fondo.
-Vamos a ver muchachos, hoy vamos a intentar colocar la bola en este rinconcito, en esta esquinita que hace la red, la puerta y la malla. Nos dice mientras delimita dicha zona, un triángulo rectángulo de apenas dos por dos, con una batería de conos pequeñitos. Ustedes en la línea del fondo de saque. Yo os tiro una bola a media pista y ustedes suavemente la levantáis con mimo y que caiga muerta detrás de la red, en la zona marcada. Si le dais fuerte ira directamente a la malla y si la levantáis mucho el rival os aniquila a voleas, la clave está en levantarla, en la trayectoria parabólica,  que pase a menos de una cuarta de la red y caiga a plomo.


A esa altura en que Lamperti saca la bola es donde esta tiene que caer
Los cuatro lo miramos con cara de asombro y disimuladamente nos vamos separando de donde hipotéticamente debemos empezar para dejarle el muerto de hacer el primero de los ridículos al que este menos atento. Empieza tú que a mí me da la risa.

Y comienza el espectáculo, cuatro bolas cada uno, en constante rotación y sin paradas. Tres carros después, unas doscientas bolas mínimo, el acierto ha sido un paupérrimo 1% y las dos bolas que han alcanzado su objetivo han sido obra de Luis, sin duda el más fino de los cuatro, Luis no golpea la bola, la acaricia, hace que resbale la bola en la pala como cuando pasamos la mano por  la cabecita de un niño pequeño. Las que no se han quedado en la red, la inmensa mayoría, han volado hasta la malla, algunas han salido por la puerta como diciendo “anda y que os den, mataos, que sois unos mataos”, y ha habido golpes sencillamente magníficos, pero no para lo que estábamos practicando.

José Ignacio nos da pautas y nos anima:

- Manolo levanta la bola. Kiko mete el culo cuando golpees. Ricardo te mueves menos que…. Bien Luis, bien.

Manolo es el más proactivo,  se da golpecitos en los muslos y responde con énfasis –Siiiii maestro,  cada vez que José Ignacio lo corrige. A Kiko y a mí nos da la risa y Luis se concentra intentando visualizar el golpe


El gran D. Manuel Ortas
A las 13:30 empezamos a jugar (esto es un eufemismo, entiéndase) los cuatro ensayando lo que hemos practicado. Dos al fondo intentando realizar el jodido golpe y otros dos en la red esperando. A quince puntos el partido y se rota. Cuatro partiditos jugando en todas las posiciones posibles. ¡Apoteósica media hora! Yo creo que mientras recogemos las bolas entre pachanga y pachanga y José Ignacio aprovecha para acercarse a beber agua o refrescarse, a lo que realmente va es a llorar en silencio y mesarse los cabellos. Inútiles, que sois unos inútiles, es  lo más suave que pensará.

Imagínense como tiene que ser el espectáculo que los alumnos que tienen clase a la siguiente hora y que tienen mucho más nivel que nosotros,  suelen presentarse por allí, como el que no quiere la cosa,  media horita antes para deleitarse acojonandose de risa con lo que sucede en la pista. Se dan hasta codazos disimuladamente, que los he visto yo. No nos vitorean de puro milagro. Hasta las chicas que están en la pista de al lado con Goyo a veces se paran para ver nuestras evoluciones.

Tres clases después de insistir machaconamente empiezan a entrar algunas bolas, pongamos siendo generoso que un 15%, no todas con la precisión técnica requerida pero bueno, menos da una piedra. Luis, como siempre,  le ha cogido bastante bien el tranquilo, Kiko sigue con sus escorzos  inverosímiles, yo totalmente dicotómico, unas veces sí y otras naranjas de la china. Pero es Manolo el que más a pecho se lo toma, está decidido a dominar el golpe, a perfeccionar la técnica, a que sea uno de sus golpes de referencia y cada vez que lo logra levanta las manos al cielo y grita su contento a los cuatro vientos.

Cambiemos de tercio. Partido del lunes. Manolo y yo de pareja, enfrente Ignacio y Kiko. Primer set peleadísimo. Durante todo el set, en realidad durante todo el último mes,  Manolo está tirando las puñeteras bolas a la esquinita, ocasión que se presenta y zas, bola para la esquina, de ocho o diez bolas que se ha jugado ha logrado un punto y lo ha celebrado saliendo por la puerta brazos en alto y  saludando como los toreros en tarde de triunfo.

Saco yo, 9-10 y 30-40, bola  de set para Kiko e Ignacio. Punto peleado, jugando todos con más miedo que siete viejas. Le llega la pelota a Manolo y con dos cojones se la vuelve a jugar al mismo sitio. Idéntico resultado, bola a red.


¡Venga Manolo, que tu eres un artista"
Cabizbajo y saliéndole del corazón espeta: “que daño nos hizo aquella clase” y los cuatro, como no podía ser de otra forma,  estallamos en una estruendosa carcajada.

Porca miseria.
Viewing all 121 articles
Browse latest View live